¿Qué cambios se producen en el cuerpo a
medida que envejecemos?
Aun cuando no lo notamos todos de un solo,
hay una amplia gama de cambios que pueden ocurrir en el cuerpo y que se
manifiestan en diferentes grados a medida que envejecemos.
Estos cambios no son necesariamente
indicativos de una enfermedad subyacente, pero pueden ser muy molestos para las
personas que los viven.
A pesar de que el proceso de
envejecimiento no se puede detener, estar al tanto de estos cambios y adoptar
un estilo de vida saludable puede reducir su impacto en la salud en general.
Cambios corporales previstos del
envejecimiento incluyen cambios en:
- Piel: Con el envejecimiento, la piel se vuelve menos
flexible, más delgada y más frágil. Es fácil la aparición de moretones y
las arrugas, manchas de la edad y algunas marcas en la piel pueden ser más
evidentes. La piel también puede ser más seca y con comezón como resultado
de una menor producción de aceite de la piel natural.
- Huesos, articulaciones y músculos: Es típico en esta edad que
los huesos pierdan densidad y se encojan en su tamaño, haciéndolos más
susceptibles a las fracturas (roturas). Los músculos se contraen en masa y
se vuelven más débiles. Las articulaciones pueden sufrir de desgaste
normal, a veces esas articulaciones se inflaman, le duelen y son menos
flexible.
- La movilidad y el equilibrio: La movilidad y el equilibrio de
una persona puede verse afectada por diversos cambios relacionados con la
edad. La fragilidad de los huesos, los problemas con las articulaciones,
músculos y cambios en el sistema nervioso son los principales
contribuyentes a los problemas de equilibrio. Las caídas pueden ocurrir
dando como resultado un mayor daño con contusiones y fracturas.
- La forma del cuerpo: Como resultado de los cambios óseos de
envejecimiento, la estatura cuerpo puede hacerse más corta y la curvatura
de las vértebras hacia atrás puede ser alterado. También se pueden
producir aumento de la pérdida de masa muscular y el metabolismo de la grasa.
La grasa se puede redistribuir a las áreas de la zona de los glúteos y
abdominales. Mantener un peso corporal ideal se vuelve más difícil.
- Rostro: Los cambios del envejecimiento también se llevan a
cabo en el rostro. Aparte de las arrugas y manchas de la edad, el contorno
general del rostro puede cambiar. Pérdida general de volumen del hueso y
la grasa facial puede resultar en menos tirantez de la piel de la cara.
Rasgos de la cara se vuelven más caídos y de fondo pesado.
- Dientes y encías: Los dientes pueden llegar a ser más débil,
quebradizos y la boca menos húmeda. Las glándulas salivales producen menos
saliva. Las ensillas también pueden retroceder. Estos cambios pueden
provocar sequedad bucal, caries, infecciones, mal aliento, pérdida de
dientes y la enfermedad de las encías. Todo ello aparte de la molestia que
causa, pueden ser factores de una menor ingesta de alimentos y una posible
desnutrición.
- El pelo y las uñas: El pelo puede llegar a ser más delgado y
más débil a medida que la persona envejece. El cabello seco puede provocar
picazón y malestar. Las uñas pueden volverse quebradizas y deformadas. La
nariz también puede resecarse y formar ulceras internas molestas. El
engrosamiento de uñas de los dedos del pie es común. Las infecciones por
hongos de uñas pueden ocurrir con frecuencia.
- Hormonas y glándulas endocrinas: Los cambios hormonales se
ven comúnmente en los ancianos. El más común es el control hormonal de
azúcar en la sangre y el metabolismo de los hidratos de carbono que llevan
a la diabetes. La disfunción tiroidea, problemas con el metabolismo de
grasas y el colesterol también son comunes. El calcio y el metabolismo de
la vitamina D también pueden llegar a ser alterado. Las hormonas sexuales
llegan a un nivel bajo y pueden conducir a la disfunción eréctil y la
sequedad vaginal .
- Memoria: Los problemas de memoria son comunes en las personas
mayores. Sin embargo, es importante darse cuenta de que los problemas de
memoria leves no constituyen demencia o la enfermedad de Alzheimer . Lapsos
simples de memoria, tales como no recordar donde dejó una llave o si usted
cerro o no una puerta son una parte normal del envejecimiento.
- Inmunidad: El sistema inmunológico del cuerpo puede
debilitarse con la edad. Células de la sangre que combaten las infecciones
(glóbulos blancos) se vuelven menos eficaces, lo que resulta en la
posibilidad de infecciones más frecuentes.
- Audición: Cambios en los nervios de la audición y las
estructuras del oído pueden atenuar la audición y causar la pérdida
parcial y en raros casos total de audición . Las frecuencias más altas se
vuelven más difíciles de escuchar.
- Visión: Los ojos pueden ser menos lubricados, causando
resequedad y los anteojos pueden perder su precisión a medida que
envejecemos. La visión puede verse afectada por estos cambios y puede
llegar a ser borrosa y fuera de foco. Gafas o lentes de contacto pueden
ayudar a corregir estos problemas por lo que deben ser chequeados
frecuentemente.
- Sabor y olor: El sentido del olfato y con menor frecuencia,
el sentido del gusto pueden disminuir y hasta desaparecer dando lugar a la
falta de apetito y pérdida de peso .
- Intestino y vejiga: El control del intestino y la vejiga
pueden causar problemas con la incontinencia (pérdida involuntaria de
heces u orina). Esta situación del intestino y de la vejiga propicia el
cambiar de hábitos. El estreñimiento es común en los adultos mayores, como
son la frecuencia urinaria y dificultad para iniciar la orina.
- Sueño: Los patrones de sueño pueden cambiar
significativamente con la edad. Duración del sueño, calidad del sueño y en
la noche tiempo el despertar frecuente se ve comúnmente en las personas
mayores.
Estos cambios son diferentes en cada
individuo. Algunas personas pueden experimentar más cambios en un área en
particular en comparación con los demás.
Lo anterior no es una alarma, así como en cada etapa de
edad hemos sufrido cambios, estos son los de esta etapa, entonces... ¿por qué
preocuparnos?, son normales y a igual que en toda edad, lo que requieren de
cada uno es cuidarnos y adecuarnos a nuestra realidad generacional.
Por
eso todas aquellas iniciativas sociales generadas por los propios interesados o
por mas jóvenes que ellos pero provisorios de su futuro. que permiten a los
ancianos, el seguir cultivándose física, intelectualmente o en la vida de
relación, los hace ser útiles, logrando el poner a disposición de los otros el
propio tiempo, las propias capacidades y la propia experiencia. De este modo,
se conserva y aumenta el gusto de la vida, don fundamental de Dios. Por otra
parte, este gusto por la vida no contrarresta el deseo de eternidad, que madura
en cuantos tienen una experiencia espiritual profunda, como bien nos enseña la
Palabra de Dios.
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