Inicia
como inician todas las cosas, un día como otro cualquiera tu vas por la calle y
de repente un adolescente te pregunta la hora dirigiéndose a ti como
"señora". A partir de ese momento tu vida sufre una crisis de
identidad porque no habías asumido que te estabas haciendo mayor y precisamente
ha tenido que ser un joven con una simple pregunta quién te ha abierto los ojos
a la realidad que tanto asusta a gran mayoría de mujeres: la madurez.
Los
síntomas de envejecimiento parecen desarrollarse estrepitosamente como si
nuestra primera etapa de la vida hubiera sido filmada en cámara lenta y ahora
ya tuvieran prisa por terminar. Empezamos a comentar lo rápido que pasa el
tiempo y decimos que hasta volando.
Pero
la generación adulta actual de mujeres, tiene una ventaja sobre sus madres y
abuelas y es que esta generación ha crecido con oportunidades como si se
tratase de la época de rebajas. Cada día existen más oportunidades en el mundo
laboral con excelentes expectativas similares a las que pudieran tener los
hombres. Parece por fin que las mujeres han roto con los convencionalismos y el
machismo extremo. La cirugía plástica y estética hace la madurez mucho más
receptiva y lo principal, tienen y se respeta la decisión propia sobre sus
vidas.
Cuantas
veces vuestras madres les habrán dicho: Vuestra generación es diferente, las
mujeres ya tienen control sobre su propia vida.
Y
es verdad, en el mundo y en las mayorías de sociedades actuales, las mujeres
deciden si quieren operarnos los senos o quitarse las feas arrugas para así
poder madurar de forma más atractiva; deciden estudiar porque desean cultivarse
intelectualmente y cuando llegan a lo que consideramos inicio de la madurez,
desean saborear cada pequeño espacio de su vida con vitalidad, por ello no debe
temerse a la menopausia ni envejecer, porque ese camino hoy puede la mujer
vivirlo con plenitud eligiendo como única alternativa posible la salud.
Estos
son algunos de los pensamientos de estas mujeres ya maduras:
Antes
pensaba que el hecho de cumplir los 40 años era ya ser madura y en consecuencia
envejecer, ahora cuando llegan a ellos, no están tan segura de eso.
La
llegada de la menopausia debe verse como un segundo nacimiento. Empiece por
disfrutar de no mas menstruaciones y de un posible embarazo.
En
la madurez nos damos cuenta que la vida se vive demasiado aprisa sin tiempo
para aprender todo lo que nos enseña. Ahora la mujer, con el inicio de esta
nueva etapa en su vida, tiene la oportunidad de saborearlo como si fuera el
último.
Por
desgracia no todas las mujeres llegan a esta etapa con una claridad de ideas
como los ejemplos anteriormente vistos; otras, por el contrario, viven la
madurez con miedo y en vez de experimentar y saborear, se esconden bajo la
concha lamentándose de lo rápido que ha sucedido todo.
Se
acomodan a envejecer y dejan que las células que forman su cuerpo se agrieten y
oxiden porque simplemente ya han cumplido los cuarenta. Las crisis se suceden
unas a otras.
Entra
el temor y la interrogante;¿Dónde iremos ya "viejas" y en
consecuencia, poco atractivas si toda la vida la hemos utilizado para
satisfacer nuestro entorno? Este tipo
de pensamientos negativos bloquea una correcta visión de las posibilidades y la
poca confianza en si mismas debido a que una carente baja estima nubla su
propia individualidad.
La
mujer que no se prepara y acepta su envejecimiento, en esta edad suele sucumbir
en la ansiedad y depresión porque son etiquetas que forman parte de una
alineación cultural y generacional.
Pensemos
en la cantidad de estrés que se genera debido a los cambios de la autoimagen:
aparecen canas, arrugas alrededor de los ojos, se ponen flácidos los antebrazos
y el cuello deja ya de ser atractivo.
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Pero
tratemos de transformar ese entendimiento y ahora pensemos en lo que muchas
mujeres, y probablemente Usted amiga lectora, ha ganado al cumplir los
cuarenta: experiencia, elegancia, atractivo, intelectualidad y un nuevo
atractivo. Cinco cualidades que creo deben tenerse muy en cuenta cuando lo
único que les preocupe sea la fatídica cifra de años (40 ó más) que le hacen
iniciar una depresión.
Alrededor
de los cincuenta, muchas mujeres se sentirán llenas de energía para centrarse
en los muchos beneficios que tienen que ofrecerles las décadas que les quedan
por delante. Así muchas se empezarán a realizar plenamente como mujeres en
cualquier ámbito en ese período.
Los
cincuenta tienen algo de simbólico porque marcan de algún modo la mitad de
nuestra existencia ya que la mayoría de las personas no espera vivir más de un
siglo así es que los cincuenta son el punto de inflexión. Aun cuando la Biblia
habla de ciento veinte años.
Comenzamos
a pensar mucho en el pasado reflexionando sobre el sentido que ha tenido
nuestra vida ya transcurrida. Es período de meditación, de reencuentro con
nuestro interior. A esto se suman que nuestro entorno conocido, también madura
y la muerte se ve más cercana teniendo que superar en determinadas ocasiones
períodos de duelo no antes experimentados que nos provocan dolor e inquietud.
Además con la salida de los hijos a formar sus hogares y a veces la viudez,
tendremos que enfrentarnos a terminar el largo recorrido en soledad y eso es
algo a lo que muchos de nosotros tememos porque no supimos practicar a tiempo
la propia individualidad.
Los
diez tipos de soledad que se relacionan con esta etapa son:
1.
Echar de menos a una persona en concreto
2.
Echar de menos el hecho de ser querido/a
3.
Echar de menos la posibilidad de querer a las personas
4.
Echar de menos una relación de amistad grande
5.
Echar de menos tener a alguien en casa
6.
Echar de menos compartir las tareas
7.
Echar de menos la forma de vida de la gente en su hogar
8.
Echar de menos la satisfacción de una buena compañía
9.
Tener que intensificar las relaciones sociales
10.
Problemas para hacer nuevas amistades
Si
te encuentras sola y tienes más de cuarenta años y te cuesta adaptarte al hecho
de envejecer, te propongo unas medidas para hacer más positiva la experiencia
que te toca vivir:
·
No juzgues tus
necesidades. Eso es síntoma de debilidad o de falta de autosuficiencia. Si
necesitas compañía y sentirte querida, no dudes en comunicarte, en relacionarte
con gente de tu edad y expresar esa necesidad tantas veces como lo requieras.
Evidentemente no necesitamos de los demás como sí del alimento para sobrevivir,
pero debes permitirte decidir que te guste poder compartir con otras personas.
·
No reprimas los
sentimientos de tristeza que pueden invadirte de vez en cuando porque si te
acostumbras a ello reprimirás los de alegría tan positivos para tu mente.
·
Acepta ser quién eres.
Ama tu vida y déjala fluir libremente sin ponerle frenos. No importa la edad
que tengas o cómo la sociedad te encasille. No tengas prejuicios y serás más
feliz.
Después
de todo, no olvides nunca que para Dios, siempre serás “la niña de sus ojos” y
si necesitas platicar escríbenos a Pastor, Saúl Guevara igelrenuevo@hotmail.com o
igelrenuevo@gmail.com
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