La palabra hogar se usa para designar a un
lugar donde un individuo o grupo habita, creando en ellos la sensación de
seguridad y calma. En esta sensación se diferencia del concepto de casa, que
sencillamente se refiere a la vivienda física. La palabra hogar proviene del
lugar en el que se reunía, en el pasado, la familia a encender el fuego para
calentarse y alimentarse. Se aplica también a todas aquellas instituciones
residenciales que buscan crear un ambiente hogareño, por ejemplo: hogares de
retiros, hogares de crianza, etc. Debemos ser sinceros al plantear que estas
ultimas instituciones si bien es cierto muchas se esmeran por dar un parecido
al hogar verdadero, no lo logran.
Por ello es que para el tiempo de la
vejez, al anciano salir de la casa hacia un nuevo "hogar" o como se
llame, también representa el estar abandonando sus recuerdos, sus vecinos, su
barrio, su historia.
Lamentablemente, muchas personas por
diferentes motivos que van desde la necesidad hasta la comodidad, recurren al
uso de esos asilos de ancianos, llevando ahí a sus seres supuestamente amados.
Digo supuestamente amados, porque salvo casos de real necesidad pueden
justificar esa opción.
Es preferible adaptar los hogares
familiares en lugar de la integración en un hogar de ancianos, la ansiedad que
todo ser pasamos ante lo nuevo o desconocido es aun mayor en estas personas ya
ancianas, al igual que preparábamos la casa para cuando un hijo va a nacer,
creo debemos prepararla para nuestros ancianos. No olvidemos que ellos,
nuestros viejos, son los artífices de lo que nosotros somos, son también los
artífices de nuestra historia, pero lo mas importante de no olvidar, es que
todos, aun cuando no nos guste que nos lo recuerden, vamos también en ese
camino de la ancianidad. Hay que añadir que no se puede cuantificar: la pérdida
de los recuerdos, acumulada a lo largo de los años, a menudo lejos de sus
vecinos y amigos en su barrio.
La Organización Mundial de la Salud pide
medidas urgentes para garantizar que con el rápido envejecimiento de la
población mundial, las personas lleguen a una edad avanzada en la mejor
condición posible. En los próximos años, por primera vez, el mundo tendrá más
personas mayores de 60 años que los niños menores de 5 años. En 2050, el 80% de
la población del mundo será de edad mayor en países con ingresos bajos y
medios. Este es el momento de pensar en ello.
En 1991, la Asamblea General, en su
resolución 46/91 , adoptó una serie de Principios de las Naciones Unidas para
las Personas de Edad "mejores años de vida ganados", que incluye
aspectos relacionados con los derechos humanos. Estos principios son un
conjunto de principios rectores en materia de independencia, participación,
cuidados, autorrealización y dignidad.
El Plan de Acción Internacional sobre el
Envejecimiento, aprobado en 2002 por la Segunda Asamblea Mundial sobre el
Envejecimiento, exige cambios en las actitudes, las políticas y las prácticas a
todos los niveles y en todos los sectores para aprovechar el enorme potencial
de envejecimiento en el siglo XXI.
El objetivo del Plan de Acción
Internacional es asegurar que todas las personas puedan envejecer con seguridad
y dignidad y para participar en sus sociedades como ciudadanos con plenos
derechos. Si bien se reconoce que una jubilación saludable y plena se presenta
temprano en la vida, el Plan pretende ser una herramienta práctica para ayudar
a los responsables políticos a dar prioridad a los aspectos clave del
envejecimiento de los individuos y las poblaciones.
Dado que el envejecimiento y sus problemas
tienen aspectos en común para todos los países, las recomendaciones están
diseñados para adaptarse a la diversidad de condiciones en cada país. El Plan
reconoce las diferentes etapas de desarrollo y los períodos de transición en
muchas áreas y la interdependencia de todos los países en el contexto de la
globalización.
La promoción y protección de los derechos
humanos y las libertades fundamentales, incluido el derecho al desarrollo, son
esenciales para la creación de una sociedad para todas las edades en las que
las personas mayores participen plenamente y sin discriminación y en igualdad
de la igualdad. La lucha contra la discriminación basada en la edad y la
promoción de la dignidad de las personas mayores es fundamental para que estas
personas disfrutan del respeto que se merecen. Para ello, la relación recíproca
entre las generaciones debe cultivarse, desarrollado y promovido por un diálogo
efectivo.
Lo anterior indudablemente que demanda de
una nueva concepción social de la ancianidad y es ahí en donde juegan un papel
de primer orden las iglesias. Y es que amados hermanos, esta es parte
fundamental para el cumplimiento del mandamiento: Honraras a padre y madre.
Como pastor evangélico, me parte el alma
el ver y reconocer que en el pueblo de Dios, existe gran numero de ancianos mal
atendidos y hasta desamparados. Cabe apuntar que por lo que observo en la
sociedad este problema se presenta en toda iglesia sea o no evangélica.
Creo que debemos de empezar seriamente a
dignificar a nuestros ancianos, ellos no son carga, son los seres que dieron lo
mejor de su vida para que nosotros pudiéramos pasarla mejor en este mundo.
Si tienes o estas por tener en tu casa,
según el paso del tiempo un anciano, acomoda tu hogar para él, ten presente que
los ancianos pueden satisfacer la mayor parte de sus necesidades básicas en el
hogar con un mínimo de asistencia.
Sin embargo, a menudo necesitan la ayuda
de familiares y amigos para orientarlos y sugerir cambios en sus vidas que
pueden hacer que la vejez sea más fácil.
Si tienes una persona mayor en tu vida,
puedes tomar pasos positivos para ayudarle a mantenerse seguro y cómodo.
Algunas instrucciones o recomendaciones
para este caso podrían ser:
- Discuta con la persona mayor acerca de las necesidades de
asistencia que tiene. Algunas personas mayores se resisten a admitir que
necesitan ayuda.
- Ayude a organizar todos sus documentos en un archivo.
- Ponga avisos en el refrigerador.
- Cuelgue un calendario en un lugar visible y marque fechas
importantes.
- Ponga lápices cerca de los teléfonos, para que pueda tomar
notas fácilmente.
- Haga una lista de números de teléfono de uso frecuente,
incluyendo médicos, familiares, amigos, de transporte y contactos de
emergencia. Escriba con letra grande y legible.
- Asegúrese de que su casa sea segura.
- Quite los cables y las alfombras que puedan provocar
accidentes.
- Amplíe los espacios entre los muebles.
- Mueva los artículos de cocina a los estantes de más abajo.
- Ponga un tapete antideslizante de goma en la bañera para
evitar resbalones.
- Instale una silla de baño en la bañera o ducha, si es
necesario.
- Conecte las luces de noche.
- Asegúrese de que las alarmas, si las hay, estén funcionando y
cambie las baterías con regularidad.
- Asegúrese de que las cerraduras de puertas y ventanas
funcionen correctamente.
- Ayudar a la persona adulta a entrar y salir de la bañera
puede ser necesario.
- Ayúdele a organizar sus medicamentos en envases de píldoras
con capacidad mensual o semanal.
- Imprima un cuadro de medicinas, repuestos y las dosis en que
se deben tomar los medicamentos.
- Prepare varias comidas y congélelas, de manera que utilizando
el microondas, puedan ser ingeridas.
- Mantenga conversaciones regularmente con la persona adulta en
cuestión, para ver si suena saludable, triste o preocupado.
- Visítelo en persona tantas veces como sea posible.
Pero sobre todas las cosas, de gracias a
Dios por darle la oportunidad de asistir a sus ancianos en su casa, Ellos Se
Lo Merecen.
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