El envejecimiento es un proceso que se vive desde el nacimiento y se
caracteriza por diferentes cambios en niveles físicos, mentales, individuales y
colectivos.
Estos cambios definen a las personas cuando ya están mayores, pero se
debe ver como un proceso natural, inevitable y no necesariamente ligado a
estereotipos; como una etapa de la vida apta para “crecer y continuar
aprendiendo”.
Hablando desde una perspectiva biológica, encontramos que en el envejecimiento todos los sistemas fisiológicos como el cardiorrespiratorio, osteomuscular y renal, y las capacidades intelectuales, cognitivas y psicológicas empiezan a declinar.
El envejecimiento involucra cambios como el “descenso progresivo de los
valores máximos de rendimiento fisiológico, disminución del número de células y
cambios atróficos” entre otros.
Podemos afirmar que: “El envejecimiento es el conjunto de
transformaciones y/o cambios que aparecen en el individuo a lo largo de la
vida; es la consecuencia de la acción del tiempo sobre los seres vivos. Los
cambios son bioquímicos, fisiológicos, morfológicos, sociales, sicológicos y
funcionales”.
Las definiciones anteriores plantean la necesidad de ver el
envejecimiento desde diferentes perspectivas. Por ejemplo, los diferentes
enfoques para describirlo:
- Enfoque biológico:
El envejecimiento aquí se define como un “proceso asociado a la
disminución de la eficiencia del funcionamiento orgánico que lleva a la
muerte”.
Se refiere específicamente a la disminución de las funciones
fisiológicas que se presentan en la vejez debido al deterioro orgánico. A
partir de allí se define un envejecimiento primario y uno secundario.
El envejecimiento primario se enfoca en la herencia, en la cual, a pesar
de los factores que influyen como las enfermedades o traumas, también hay
cambios inevitables que se dan con el paso del tiempo, aunque a ritmos
diferentes entre personas. El envejecimiento secundario, por su parte, se
refiere a la pérdida de las capacidades ocasionada por los traumas, caídas o
enfermedades.
En el mismo orden de ideas, observamos que en el trascurso del tiempo
muchos autores han tratado de definir la vejez, pero desafortunadamente la
mayoría de estas definiciones, desde la perspectiva biológica, tienden a
caracterizar al individuo a favor del declive del cuerpo humano con un término
ligado a la muerte.
- Enfoque demográfico:
Al referirnos a la vejez dentro de una perspectiva demográfica,
consideramos la diferencia entre los grupos de tercera y cuarta edad, la cual
consiste en que la primera etapa comprende desde la jubilación (60 años) hasta
que se pierde la independencia (80 años); a partir de allí se considera como
cuarta edad o longevidad.
Dentro de esta perspectiva también es importante tener en cuenta la
transición demográfica que se presenta en la actualidad, pues la pirámide
poblacional cambia a razón del aumento de la esperanza de vida.
También cabe anotar que la longevidad de las mujeres es mayor respecto a
la de los hombres debido a diversos factores tanto fisiológicos (fisiología
hormonal y protectora contra enfermedades crónicas) como sociales (trabajos de
alto riesgo que principalmente son realizados por hombres).
- Enfoque socioeconómico:
Por lo general, el envejecimiento está asociado a la jubilación y se
analiza económicamente desde una perspectiva donde las personas mayores
terminan su ciclo productivo de vida. Esta situación lleva a un conflicto en
las personas mayores debido a que sus ingresos disminuyen o son nulos, al año
2017, por ejemplo, en un promedio de los países latinoamericanos, sólo una
pequeña parte de la población (30%) estaba pensionada, esto determina su
posición social, la calidad y acceso a la salud, el mantenimiento de su
vivienda y sus relaciones sociales.
Desde otro punto de vista, es necesario tener en cuenta que debido al
aumento de la población de personas mayores y a la incidencia y prevalencia de
enfermedades crónicas en ellas, los sistemas de salud y pensiones no están
preparados para asumir la sobrecarga y han influenciado drásticamente las
garantías de derechos y la calidad de vida de las personas mayores.
- Enfoque sociocultural:
La organización jerárquica de cada sociedad tiene un comportamiento diferente
según su cultura y sus desarrollos particulares. Por ejemplo, en las tribus
indígenas y en Oriente la persona mayor cumple un papel importante en la
sociedad debido a su sabiduría y experiencia, y la edad por sí misma es símbolo
de respeto. Sin embargo, principalmente en Occidente la persona mayor ha
perdido el valor moral que se merece debido a la multiplicidad de estereotipos
y a la concepción biologista que reconoce a la persona mayor como sinónimo de
declive, pérdida e improductividad.
Existen varias teorías sociales que tratan de explicar el proceso del
envejecimiento. Algunas hablan del valor de la persona mayor a pesar de su
disminución de la capacidad funcional debido a que cumplen una función
importante dentro de la sociedad; otras se enfocan en la satisfacción o en los
cambios de roles que aparecen con la jubilación, dependiendo de la cantidad y
del tipo de actividades que realicen.
- Enfoque familiar:
Las personas mayores deben enfrentar la situación donde los hijos
adquieren un hogar propio y dejan su casa materna, por lo tanto, tienden a
vivir solos; problemática que es agravada por la feminización de la viudez. Sin
embargo, los que viven en el núcleo familiar de sus hijos, se sienten
discriminados y poco útiles.
Por lo anterior, se plantea la necesidad de formar núcleos familiares
donde se adquieran fórmulas de convivencia y vinculación interfamiliar de las
personas mayores, y además resalta la importancia del apoyo de vecinos y redes
de amigos que ayudan a disminuir el aislamiento y la soledad.
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