En más de alguna ocasión, nos habrá pasado que
estamos cerca de una persona de edad y percibimos ese peculiar olorcito propio
de los asilos de ancianos. Algunos reaccionan mal humorados y hasta mal
encarados ante aquella persona, eso solo demuestra nuestra ignorancia. Pensaras:
"me está diciendo ignorante" y te diré, puede que en este tema si
seas ignorante y por ello recurro a Oseas 14:9 "El que es sabio entiende
estas cosas; el que es inteligente las comprende. Ciertamente son rectos los
caminos del Señor: en ellos caminan los justos, mientras que allí tropiezan los
rebeldes." Y después de esta lectura
estoy seguro que muchos rectificaremos y dejaremos esos caminos del desdeño a
las personas y retomaremos el camino de los justos.
Decía que más de una ocasión has percibido el
olor vulgarmente como “de viejito” y aunque no lo creas, no se debe a la falta
de aseo de la persona, sudor, medicamentos o la ropa. Se cree que tal vez se
deba a la falta de higiene o a la antigüedad de las casas y los muebles, pero
de hecho es un fenómeno que ocurre en el cuerpo humano y se vincula a la
química de nuestra piel es un proceso natural de oxidación de la piel. Entonces
cuando los niños dicen que sus abuelos huelen raro, puede que no estén
mintiendo.
Por muy bien que te asees, prepárate, porque
olerás igual cuando seas viejo.
Pero… ¿a qué edad empieza a darse este proceso?
Te contamos:
Una investigación realizada por un grupo de
científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de
España, reveló que a partir de los 30 años edad los cambios hormonales traen
como resultado un acrecentamiento de la producción de lípidos en la superficie
de la piel. El estudio publicado por la revista PLoS One concluyó que los
ancianos tienen un aroma específico más fácil de reconocer que el de otros
grupos de edad.
En el experimento, los investigadores pidieron a
un grupo de 41 personas sanas de tres distintos rangos de edad (20 a 30, 45 a
55, y 75 a 90) que durmieran durante cinco noches seguidas con una misma
playera. La ropa que fue provista por los investigadores tenía protectores
especiales en las axilas. A las personas en el grupo de estudio se les pidió
tomar un baño con shampoo y jabón sin olor antes de ir a dormir. Además, se les
instruyó a no beber alcohol, fumar o ingerir comidas muy picantes.
"Los resultados de este estudio apoyan el
amplio y popular concepto de un olor a anciano. Los participantes fueron
capaces de diferenciar entre grupos de edad, así como el olor de las personas
mayores con más frecuencia de lo esperado", según los resultados del
estudio, publicado en la página de PLoS One.
Después, los investigadores separaron los
protectores de las playeras y pidieron a un grupo distinto de 41 personas que
olieran las muestran y dijeran cuál pertenecía a un anciano. Los participantes
fueron capaces de reconocer el olor en la ropa de las personas de entre 75 a 90
años mejor que el de los otros grupos. A pesar de que el aroma de los ancianos
fue el más fácil de identificar también fue calificado como el menos
desagradable de las tres categorías.
Gran parte de los participantes no pudo
diferenciar exitosamente el aroma corporal entre los grupos de 20 a 30 años y
los de 45 a 55.
Aunque los científicos no lograron identificar
la causa de este aroma en las personas mayores, una explicación podría
encontrarse en las glándulas de la piel. La concentración de lípidos presentes
en la superficie de la piel empieza a disminuir hacia niveles propios de la
pubertad con el aumento de la edad y regresa a los niveles de la infancia
alrededor de los 80, lo que sugiere que los hombres y mujeres mayores comparten
características químicas importantes para la producción del olor corporal,
según el estudio.
Simultaneo a esto, la capacidad antioxidante
del cuerpo se ve disminuida, lo que da como resultado el aumento de la molécula
2-nonenal, que provoca que el cuerpo huela “diferente”.
“El 2-nonenal huele realmente mal. Tanto que
cuando abrimos una cápsula con esa molécula en el laboratorio, todo apesta”,
explica el químico José María Antón, investigador durante años en biotecnología
para el CSIC y presidente y fundador del grupo Prima-Derm.
No obstante, que haya unas cuantas moléculas
malolientes diseminadas por toda la piel no es grave, “el problema surge a
partir de los 30-40 años, cuando se convierten en legión y se da ese olor
desagradable que se nota en los asilos, por muy limpios que estén”, enfatizó
Antón.
¿Se puede evitar este olor?
A diferencia del sudor, los lípidos no son
solubles con el agua ni el jabón. Esto quiere decir que ni un buen baño quitará
el olor; pero existen medicamentos que sí lo pueden evitar (consulte con su
médico). “Los lípidos no son solubles en agua. De ahí que el mal olor
relacionado con los ácidos grasos sea tan complicado de eliminar”, aclaró el
académico.
¿Y qué del olor espiritual?
Ciertamente cada uno de nosotros se ha acostumbrado
a su propio olor, nosotros nunca nos olemos o casi nunca, es nuestro olor,
amanecemos, vivimos, y nos acostamos con él, independientemente de que un día
de excesivo calor o movimiento corporal no habitual, produzca tal vez un exceso
de sudor y por tanto nuestro olor va a variar, pero lo normal es que todos
desprendemos un olor que no notamos, en lo espiritual esto es peligroso, ya que
nos bañamos en aromas de olores no gratos a Dios y habituados a ellos ni tan
siquiera nos molestan, pero lo peor es que cuando otros los huele y se atreve a
decírnoslo, lejos de decir, de reconocer, pues tienes razón, comenzamos a dar
un discurso de explicaciones y justificaciones para auto convencernos, pues andas
con el enemigo y te has acostumbrado, si no rectificas y sigues con el otro vas
seguir oliendo mal y lejos de llevarte en dirección a la bañera te adentra más,
a seguir oliendo a camuflado de olores.
Pero en esta hora quiero decirte, que Dios no
quiere que tengas temor de reconocer que tal vez estés desprendiendo un olor
desagradable, un olor a mundo, un olor a inmundo, Dios quiere decirte que si de
veras estas dispuesto y dispuesta a lavarte, a santificarte, a purificarte, a
reconocer tus pecados y vienes con un corazón arrepentido, Él va a darte un
aroma único, un aroma que ningún perfumista puede crear, ningún imitador puede
imitar, porque ese es el aroma de Dios, el aroma del Espíritu Santo, esa es la
fragancia perfecta para todo aquel que está dispuesto a morir cada día a su yo,
no un día ni dos, sino cada día, es necesario morir a nuestro orgullo, a
nuestra rebelión, a nuestras mentiras, morir a la envidia, morir a nuestro
carácter, morir a nuestra falta de amor por los demás, morir a nuestras
prepotencias, morir a nuestros propios pensamientos y deseos, morir a nuestra
arrogancia, al chisme, a la glotonería, morir a ese espíritu de división, de
discordia….. aromas que con facilidad nos ponemos y luego ya ni somos capaces
de reconocer que los llevamos por ellos olemos mal… pero si realmente el Espíritu
Santo de Dios mora en nosotros vamos a lavarnos, vamos a dejar el olor fragante
de Cristo sea nuestro perfume personal.
Y entonces, tan solo entonces amaras a tus
ancianos y no te importara su olor.
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