Es posible pensar que la experiencia de una vida positiva del
envejecimiento dependería exclusivamente de que las dificultades físicas no
fueran lo suficientemente graves o bien que las circunstancias externas
(familia y entorno) siempre se nos presentaran del todo favorables.
Debemos de ser conscientes que todo intento de comprender el
envejecimiento observando o puntualizándonos sólo en las circunstancias
externas, con exclusión de los factores intrapsíquicos, resulta un intento parcial
y absurdo. Por desdicha, hay quienes consideran los trastornos del
envejecimiento atribuyéndolos esencialmente a factores externos.
En el anterior criterio que es materialista, cuando se reduce a lo
fundamental, supone que todo cuanto hace falta es corregir o satisfacer las
condiciones externas, proveyendo las necesidades materiales de la existencia,
para que no haya anciano que, como por arte de magia, no se sienta bien.
Ciertamente lo anterior es un factor importante, aunque no lo es todo,
también depende en parte de nosotros mismos que nuestros condicionantes biológicos
y/o sociales sean mejores o peores, o en última instancia los sepamos vivir de
una forma u otra.
Se hace necesario en la medida que uno se aproxima a la Vejez activar
las capacidades de elaboración, es decir de comprensión y aceptación del
momento vital en el que estamos por empezar a vivir y quienes ya lo vivimos
debemos comprender la necesidad de seguir la lucha personal de fabricarnos día
a día un mejor modo de vida y porvenir.
El proceso y la vivencia de la vejez, debe considerarse de una manera
integral, utilizando el término integral para referirnos al proceso que hace
una persona mayor respecto a sí mismo y a los demás. El termino es utilizable
en varias acepciones de las cuales queremos resaltar dos: en primer lugar,
referido a la necesidad de integrar en el "yo", lo que uno es, lo que
ha sido y lo que será; y en segundo lugar a una defensa de la propia
integridad, frente a las amenazas internas o externas a que el individuo puede
estar sometido
Vamos a intentar situar aquellas tareas que, desde el punto de vista
del sujeto, del yo, pueden contribuir mejor a una vivencia más positiva de la vejez.
a)
En primer lugar, la consideración de la vejez
como una etapa más de crecimiento personal, en la que las actividades, las
ilusiones y las relaciones con los demás, pueden y deben mantenerse en un
primer plano, aunque con un contenido, ritmo, y perspectiva social diferente a
otras etapas. Un crecimiento personal que puede ir acompañado de una mirada más
serena, dar menos importancia a un asunto al relacionarlo con otros aspectos,
benevolente y discreto, todo en función de un mayor conocimiento y experiencia
sobre sí mismo y sobre los demás.
b)
En segundo lugar, la defensa de la autonomía
personal y social, en el sentido de ser capaz de hacer lo posible para
conservar nuestras capacidades físicas, nuestras capacidades de decisión sobre
nuestra propia vida y nuestras capacidades de relación, dignidad y respeto en
el marco familiar y social. Una demanda excesiva de apoyo y ayuda puede ir en
contra de la optimización de nuestras propias capacidades
c)
En tercer lugar, la aceptación de las
limitaciones y los cambios que comporta la edad, tanto en el plano físico
(limitaciones de salud), como en el plano afectivo (pérdida de personas), como
en el plano social (menor protagonismo). En este sentido y en determinados
momentos, la acumulación de pérdidas puede desbordar las capacidades de
aceptación y elaboración del adulto mayor. La amplitud de las redes de apoyo
suele ser un elemento determinante para ayudar a amortiguar los efectos de
estas pérdidas.
d)
Y finalmente el tema de la elaboración del tema
de la muerte, que suele ir parejo a la inevitable recapitulación y balance del ciclo
vital. Una temática que, más que tomar la dimensión de una visión trágica,
puede ser considerada como algo natural que forma parte de la misma existencia
humana, de la sucesión generacional.
El fracaso o falta de atención y aplicación en relación con las tareas
mencionadas no hará más que facilitar en alguna medida la aparición de las
dificultades: depresión, confusión, etc.
Aceptación y defensa positivas de la propia posición de la persona
mayor serían los términos con que resumiría los puntos anteriores. Respecto a
su complejidad y dificultad, es necesario resaltar algunos aspectos que
interesa destacar desde el punto de vista del equilibrio de la estructura
psíquica. Estos no suplen la realización de las tareas mencionadas hasta ahora,
aunque si permiten realizarlas en mejores condiciones:
·
La importancia de aportar valor a un yo, que
puede verse debilitado y desbordado por estas tareas. Aquí hablar de las
reminiscencias, las memorias, cumplen esta función de dar valor a la existencia
recuperando aquello que uno ha sido en otras etapas.
·
Aprovechar el conocimiento y la experiencia de
las personas mayores para el conjunto de la sociedad, continúa siendo una tarea
social muy poco desarrollada e incluso menospreciada.
·
La necesaria actualización de la capacidad de
investir nuevos objetivos con los que se logren mantener nuevas vinculaciones
afectivas. Esta capacidad se irá limitando con el paso del tiempo, sin embargo,
es una de las claves para evitar la regresión narcisista y el centrarse obsesivamente
en uno mismo.
·
La conveniencia de unas redes de Apoyo Social
amplias. En este sentido la Familia, las Instituciones y también los Grupos de
Mayores juegan un papel de soporte crucial, tanto al necesario reordenamiento
de la identidad, como en la mejora de la socialización y facilitación de
vinculaciones afectivas adecuadas.
Si reflexionamos sobre todo lo hoy leído, nos daremos cuenta que la
vejez como siempre he planteado, es una etapa propio del desarrollo vital del
ser humano y que como tal, hay que prepararnos para vivirla plenamente y
evitar, a los sabelotodo, que pretenden sin esta experiencia vivencial, vienen
de forma abusiva, a querer guiar, decir o conducir una de las etapas mas bellas
y placenteras del ser humano, etapa que permite ver atrás y nuestro paso por la
vida y nos prepara para cerrar el ciclo de la creación que nos enseña que el
ultimo día descanso y a eso vamos, a nuestro descanso eterno.
Por favor respetemos a nuestros viejos.
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