El capítulo 12 del Libro de Eclesiastés nos
presenta un punto de vista pesimista en cuanto a la vida. Para enfocarnos en el
estudio, iniciamos por reflexionar en quien lo escribe y sabemos que es Salomón
quien probablemente fue el único hombre que ha vivido y que debido a sus
grandes recursos económicos pudo realizar un experimento en todas estas áreas
diferentes de la vida.
Salomón trató de encontrar una solución y
satisfacción a la vida, aparte de Dios. La expresión clave que encontramos
repetida una y otra vez en este Libro es la de debajo del sol.
En un primer experimento, Salomón trató de
encontrar la solución en la naturaleza, lo que llamaríamos en el día de hoy,
las ciencias naturales. Hay gran cantidad de personas que piensan que si uno
regresa a la naturaleza puede encontrar la solución a los problemas. Hoy se
produce un gran movimiento de gente que sale de lo urbano de la ciudad hacia
los suburbios y aún más lejos, al campo o a las montañas, lugares donde compran
o alquilan un apartamento o una casa. El propósito es huir del ruido, la
contaminación o el agobio que producen las grandes concentraciones urbanas.
Ahora bien y tengamos en cuenta que esto no resolvió los problemas de Salomón,
ni tampoco resolverá los nuestros.
En otra etapa de la vida, Salomón probó la
filosofía y la sabiduría; el placer, el materialismo, es decir, el tratar de
vivir para el "ahora", y después el fatalismo. Y trató de vivir para
sí mismo, es decir, que probó el egoísmo. Más adelante intentó la religión y
encontró el ritual, pero sin una realidad espiritual. Entonces trató de
encontrar la respuesta en las riquezas, pero la codicia hace que el corazón
humano sea insaciable. Nunca está satisfecho. Luego Salomón trató de llevar la
vida del moralista, pero comprobó que era una existencia insípida. Ésta es la
razón por la cual muchos jóvenes se han rebelado contra ese tipo de vida.
Y lo encontramos ahora en este capítulo doce,
en lo que es la última conclusión a la que llega. Este último párrafo lo
podemos bien pudiera ser una figura poética de la ancianidad.
El capítulo muestra algo para los jóvenes y
para las personas adultos mayores, por ello en este capítulo encontramos dos
etapas extremas de la vida.
Leamos el versículo 1: “Acuérdate de tu Creador
en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años
de los cuales digas: No tengo en ellos placer"
Ante la realidad de que nada debajo del sol
puede satisfacer el corazón humano, Salomón dijo: "Volveos a Dios".
Salomón estaba exhortando a los jóvenes que, en su juventud, tomaran una
decisión de acercarse a Dios y al continuar con el relato quedan en evidencia
los motivos para tomar esa decisión.
Salomón iba a pintar un cuadro de la ancianidad
y dicho sea de paso, un cuadro que no resulta muy atractivo. No obstante, es un
cuadro real de los seres humanos en la época de la ancianidad. Quizás los
jóvenes al leerlo se pregunten si en realidad esa etapa de sus vidas será así.
Pero luego, al llegar a cierta edad, tendrán que reconocer que esta descripción
de la ancianidad es exacta.
Para aquellos que dudan o no creen en ciertas
cosas dirán: "Yo creo en una religión para aquí y ahora. No estoy
interesado en una religión del más allá". Pues bien, aquí esta lectura, para
el aquí y ahora, para esta vida presente, para ya; una ya que implica estar
debidamente relacionado con Dios y vivir para Él.
Que ¿Por qué?, miremos al cuadro que Salomón
pintó de la tercera edad con mucho realismo.
Dijo en el versículo 2: "Antes que se
oscurezcan el sol y la luz, la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras
la lluvia"
Alguien pudiese pensar: ¿Acaso los astros que
brillan en los cielos se van a apagar? Pero no mi estimado lector, lo que quiere
decir es que su vista no será tan buena como cuando era joven. Y tendrá que
recurrir a la ayuda de los anteojos para leer. Y luego dice: "Y vuelvan
las nubes tras la lluvia". Una persona puede salir y divertirse mucho,
pero después tiene que dedicar uno o dos días para descansar porque el cuerpo
humano necesita un mayor tiempo de recuperación física.
El versículo 3 dice: "Cuando tiemblen los
guardias de la casa y se encorven los hombres fuertes; cuando cesen de trabajar
las que muelen, porque habrán disminuido, y se queden a oscuras las que miran
por las ventanas"
Esta es una descripción del cuerpo, de nuestro
cuerpo físico en su ancianidad. ¿Cuáles son, entonces, esos guardas de la casa?
Creemos que se está refiriendo a las piernas. La persona mayor pierde firmeza y
tiene tendencia a tambalearse. Usted ya habrá observado a alguna persona
entrada en años, que tiene que ser ayudada a subir y bajar de un autobús o de
un coche. Aunque sus amigos le digan que está disfrutando de una buena salud,
siempre hay alguien que trata de ayudarle para realizar una de esas tareas.
Porque la persona ya entrada en años no es tan ágil y rápida como era antes.
Las personas de esta edad, cuando comienzan a
bajar escaleras, a veces gimen. Esto nos recuerda lo que dice Pablo en 2
Corintios 5:4, "Los que estamos en esta tienda de campaña gemimos con
angustia". (otra versión dice "suspirando y agobiados".) Es que
las piernas ya no responden como antes, el tratar de subir y bajar escaleras
comienza a ser una molestia y aparecen los dolores en las rodillas. Pronto se
ve la necesidad de contar con la ayuda de un bastón.
Salomón continuó describiendo un cuerpo en
estado de decaimiento, después dijo: "y se encorven los hombres
fuertes". Aquí él se estaba refiriendo a los hombros, que ya no pueden
permanecer erguidos como en la época de la juventud y la madurez y comienzan a
encorvarse, adoptando una postura que, en esas condiciones, resulta más cómoda
para el cuerpo.
Y continúa con la frase: "cuando cesen de
trabajar las que muelen, porque habrán disminuido". Los que muelen son los
dientes. Aquí alude a la pérdida de los dientes y la persona pasa a depender
más del dentista para prevenir o hacer frente al desgaste natural, para reponer
las piezas dentales, colocarse puentes o dentaduras postizas.
Y completa la descripción de este versículo diciendo
"y se queden oscuras las que miran por las ventanas". Esta es una
referencia a la pérdida progresiva de la vista. Así que estas ventanas del
cuerpo comienzan a oscurecerse. Las cosas ya no se ven tan brillantes como se
veían antes.
Luego, en el versículo 4, apunta: "Cuando
las puertas de afuera se cierren, y se vaya apagando el ruido del molino;
cuando se escuche la voz del ave, pero las canciones dejen de oírse"
La frase "cuando las puertas de afuera se
cierren" es casi una descripción poética que se refiere a la pérdida del
sentido del oído y sigue "cuando se escuche la voz del ave". A las
personas jóvenes ni siquiera el despertador las despierta por la mañana.
Tampoco les molesta el ruido que hacen los niños y les agrada escuchar la música
al máximo volumen. Sin embargo, a las personas mayores, cualquier pájaro
cantando al amanecer las puede despertar.
Dice al final del versículo 4 "pero las
canciones dejen de oírse". Evidentemente las personas mayores ya no pueden
cantar en la forma en que lo hacían antes. Incluso los cantantes, aquellos que
alguna vez tuvieron voces magníficas, van perdiendo la calidad, la potencia de
sus voces y dejan de oírse.
CONTINUA PROXIMA SEMANA
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