Salmos 92:12…15: “Como
palmeras florecen los justos; como cedros del Líbano crecen. Plantados en la
casa del Señor, florecen en los atrios de nuestro Dios. Aun en su vejez, darán
fruto; siempre estarán vigorosos y lozanos, para proclamar: «El Señor es justo; él es mi Roca, y en él no hay injusticia».” NVI
En nuestra sociedad actual, nos inculcan que una
meta para muchas personas en la vida es una jubilación feliz. Pasan años
ahorrando y planificando el tiempo en que jubilarse y esperan con ansias el
tiempo libre para hacer lo que les interesa
¿Pero es el concepto de "jubilación"
aplicable al reino de Dios?
Podemos retirarnos de trabajos seculares, pero…
¿qué sobre nuestro servicio en la iglesia?
Ciertamente las debilidades físicas pueden ser
un obstáculo, pero ¿es una razón tan válida para retirarse de la obra de la
iglesia?
En Salmos 92:12…15, encontramos una descripción
de los justos, en el que se describen como palmeras y cedros Floreciendo en la
casa y las cortes de Dios. Nótese en particular el versículo 14: "Aun en su vejez, darán fruto; siempre estarán vigorosos y lozanos, para
proclamar"
Este pasaje sugiere ciertamente que hay un
lugar de servicio para los ancianos en la obra de Dios. Dice que son capaces de dar fruto y
permanecer fresco y floreciente, a pesar de su vejez.
Lo que demuestra que Dios puede y usa a los
ancianos; esto debería ser suficiente para que todas nuestras iglesias retomen
este punto en seriedad, en compromiso y en mandato de Dios.
I. El uso de Dios de las personas mayores según
relatos de la biblia
a. Moisés
y Aaron
·
Fueron
elegidos para llevar a los israelitas de Egipto sacándolos de la esclavitud
·
En
ese entonces sus edades eran de ochenta y ochenta y tres años. Éxodo 7:7
·
Cuando
ya habían pasado la vida normal, según se dice en Salmo 90:10 escrito por
Moisés.
b. Josué
Y Caleb
·
Josué
recibió el encargo de liderar la conquista de Canaán, durante los últimos
treinta años de su vida. Vivió hasta que fue de ciento diez años de acuerdo con
lo que leemos en Josué 24:29, lo que significa que tomo el cargo de liderar la
conquista de Canaán a los noventa años.
·
Caleb
también estuvo muy involucrado en la conquista y fue a sus ochenta años, cuando
llega a reclamar el derecho de pelear por sus tierras. Josué 14:6…11
c. Daniel
·
Daniel
sirvió a Dios desde los días de su juventud, por más de setenta años.
Tenía más de ochenta años cuando:
·
Sirvió
como uno de los tres gobernadores sobre el reino de Babilonia
·
Fue
lanzado en el foso de los leones
d. Zacarias
Y Elizabeth
·
Estos
fueron los padres de Juan el Bautista
·
Fueron
ambos muy avanzados en años según cita en Lucas 1:7 “Pero no
tenían hijo, porque Elizabet era estéril, y ambos eran ya de edad avanzada”
·
Sin
embargo, él estaba sirviendo en el templo y ella dio a luz a Juan.
e. Simeón
Y Ana
·
Dos
ancianos que dieron testimonio de Jesús niño, Cristo y Salvador, cuando era presentado
al templo para ser circuncidado. Lucas 2:25…38
·
Ana
era al menos de ochenta y cuatro años y había estado sirviendo a Dios "con
ayunos y oraciones noche y día "
f. Pablo
ya anciano
·
Se
refiere a sí mismo ya como un anciano de acuerdo con cita de Filemón 9: “más bien te ruego por amor, siendo como soy, Pablo ya anciano, y ahora,
además, prisionero de Jesucristo”
·
Sin
embargo, sabemos que en este momento de su vida, él fue ocupado escribiendo
cartas, Efesios, Colosenses, Filipenses, otras, incluso mientras se encontraba
encerrado en prisión
·
Nunca
demostró aun en su vejez, un signo de retirarse a descansar siempre estuvo
presto a viajar, visitar, fomentar las iglesias y cuando estaba en prisión
esperaba hacerlo al liberado.
Hay muchos otros ejemplos de cómo Dios usó
aquellos en su vejez para servirle a Él. Estos que hemos considerado
ciertamente ilustran cómo los ancianos pueden "todavía dar frutos en la
vejez".
Hay un texto del Profeta Ezequiel que contempla
un valle repleto de huesos secos en el cual tiene que convocar al Espíritu para
que se realice en ellos la revitalización divina. Si bien este texto no habla
de la vejez sino de la esperanza del Pueblo de Dios por resurgir, lo podemos
aplicar a esta etapa de la vida en que muchas veces se necesita que los huesos
secos y el alma se renueven con la fuerza pujante de la vida: “así dice el
Señor Dios: ven Espíritu de los cuatro vientos y sopla sobre muertos para que
vivan. Yo profeticé como se me había ordenado y el Espíritu entró en ellos y
revivieron” (37:1…14). Sólo desde Dios, los huesos secos de nuestra vida pueden
resucitar sintiendo, nuevamente, la corriente arrolladora del Espíritu.
Hay un pasaje del Profeta Isaías en el cual
advierte que Dios renueva la vida, no importando si se es joven o no. El texto
afirma que desde siempre Dios es el Señor, no se cansa, ni se fatiga. Al
cansado, Él le da vigor y al que no tiene fuerzas, robustece su debilidad.
También los jóvenes se cansan y se fatigan, vacilan y tropiezan. Los que
esperan en el Señor sentirán que se les renuevan las fuerzas y que les crecen
alas como de águilas. Correrán si fatigarse y andarán sin cansarse. (Isaías 40:28…31).
Iluminados así por la esperanza que brindan estos textos de la Palabra de Dios, pidamos que la gracia siempre nos revitalice y vigorice, concediéndonos una serena confianza y un reposado abandono en el Señor.
Iluminados así por la esperanza que brindan estos textos de la Palabra de Dios, pidamos que la gracia siempre nos revitalice y vigorice, concediéndonos una serena confianza y un reposado abandono en el Señor.
En este tramo culminante de la vida está
reservada una prolífera fecundidad, que no radica tanto en el hacer sino en el
ser.
Pero
¿qué pasa con hoy? Bueno, considere ...
Continua
la siguiente semana
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