Los adultos mayores están migrando al mundo de
la tecnología, el cual les permite estar conectados, informarse y divertirse.
El ser humano no nace sabiendo cómo usar el
celular, la computadora o el microondas. Tiene que aprender. Los llamados
“nativos digitales” la incorporan más rápido y logran manejar en minutos casi
cualquier dispositivo que llegue a sus manos. En casa, en la escuela y con los
amigos, tienen la oportunidad de probar, ensayar y terminar por convertir estos
aparatos en extensiones de su propio cuerpo.
La generación de los padres puede tener a estos
pequeños nativos como profesores, porque se ven obligados a aprender a manejar
el correo electrónico y el smartphone, entre otros, porque su trabajo se los
exige. Estos extranjeros digitales, por así llamarlos, eventualmente se vuelven
ciudadanos del nuevo mundo tecnológico.
Los más viejos, los abuelos de los nativos digitales
son los que están más alejados de ese mundo. El asunto es que también viven en
él y deben adaptarse para que la propia tecnología no los destierre de la
sociedad.
Los adultos mayores pueden aprender a manejar
la tecnología y de hecho, ya lo hacen. Cada vez hay más abuelos en Facebook y
Twitter, accediendo a Google y YouTube, o incluso jugando al Candy Crush.
Más allá de las “clases” que sus nietos o hijos
puedan darles, hay adultos mayores autodidactas y aquellos que asisten a cursos
de informática, sustituyendo los de crochet o cerámica de antaño.
Es interesante el planteamiento de campaña de Tabaré
Vázquez, actual presidente de Uruguay anunció dar una tableta a todos los
jubilados de Uruguay. Al igual que cuando propuso “una computadora por niño” y
nació el Plan Ceibal, el planteo la de los jubilados como política de inclusión
social. Esta semana, se defendió de las críticas diciendo que “ser viejo no
debe ser una condena”, y explicó que una tableta ayudaría a los adultos mayores
a reencontrarse con amigos, hallar compañía y ver películas para sobrellevar la
soledad. Todas estas son las razones principales por las cuales los más viejos
se acercan a la tecnología, aquella que no imaginaban en sus más locos sueños
cuando eran niños.
La computación es “buena para la memoria. Tienes
que acordarte de qué botón tocar. Te lo explican 40 veces y nunca sabes cuál
es”, bromea un anciano, quien en su casa cuenta con una notebook y una tableta,
un “invento fantástico” con el cual hallo sentido nuevo a su vida.
Que los adultos mayores estén al tanto de la
tecnología es fundamental porque “significa tener un lenguaje común con la
gente joven”. También les ayuda a aprender cosas que, de otra forma, jamás
conocerían.
Al comienzo los mayores querían aprender más
que nada por novedad, pero últimamente sienten que usar herramientas como
Facebook es una necesidad. Ver las actividades y fotos de sus nietos, hijos y
sobrinos es la razón principal por la cual los más veteranos se interesan por
estar conectados. Este interés se agudiza cuando tienen parientes en el
exterior a los cuales jamás verían si no fuera gracias a la pantalla.
Estar informado es fundamental para el
empoderamiento de los viejos, para sentirse realmente protagonista de lo que
está pasando.
También se trata de una forma de comunicación
con los más pequeños. Por eso, los abuelos deberían manejar al menos lo mínimo
para meterse en internet y así poder acercarse a ellos. No se trata de saber
programación sino de aprender lo básico. Los abuelos no tienen que sentirse
disminuidos por no saber mucho acerca de tecnología.
Pero no solo con los más chicos de la familia
es que quieren conectarse los abuelos. Otra razón importante es la
actualización, Le permite a la persona mayor saber qué pasa desde en Francia
hasta en Arabia Saudita o profundizar en cualquier tema. Estar informado es
fundamental para el empoderamiento de los viejos, para sentirse realmente
protagonista de lo que está pasando.
La brecha tecnológica tiene razones
socioeconómicas y territoriales, por eso no se trata solo de no saber, sino de
no tener acceso a esa tecnología. Pero cuando el adulto mayor logra tener el
dispositivo en sus manos, ¿qué es lo que lo frena?
Inicialmente el adulto mayor tiene la sensación
de que si toca la computadora esta puede explotar, derretirse o hacer algo que
termine en caos, por eso, lo primero que se hace al ayudarlos es garantizar que
nada de eso pasará.
Fuera de eso, no existen impedimentos por los
cuales los adultos mayores en general no puedan aprender a usar las
herramientas digitales como las personas de cualquier edad. El problema es el
abismo en el aprendizaje, no en el manejo de la tecnología.
Sí pueden notarse problemas de vista o motricidad
debido a la edad, pero nada que sea una barrera en la mayoría de los casos. En
cuanto a la memoria, la solución es simple: Cuaderno y lápiz para anotar cada
paso. Ya luego empezaran a cargar música en el celular o a importar fotos de la
cámara en la computadora.
Que los viejos utilicen esos elementos
tecnológicos es una manera de no discriminarlos, de abrirles el mundo e
incluirlos en el de los hijos y los nietos.
El gran problema es el abismo en el
aprendizaje, no en el manejo de la tecnología. No se tienen buenos
programadores que contemplen al adulto mayor en sus aplicaciones y eso no es
por falta de capacidad, no, la verdad es porque aún no le han encontrado el
filón económico que ello podría representar.
Más que una aplicación cualquiera de esos
juegos tontos que abundan en el internet, habría que utilizar la tecnología
para solucionar problemas básicos de la tercera edad, como el acceso a la
alimentación saludable o la seguridad y hacer que estas aplicaciones de
internet sean de utilidad cotidiana para el adulto mayor.
En todo caso, la tecnología en los mayores es
algo positivo, hay mucha gente que se resiste, pero también muchos no quieren
envejecer. Pero no te puedes resistir a lo irresistible.
Para quienes a veces condenan la tecnología hay
dos cosas a tener en cuenta:
1.
Los
instrumentos tecnológicos son herramientas, el problema estriba en el uso que
le damos los seres humanos y
2.
La
tecnología prácticamente vino a existir junto con el hombre. Porque cuando este
fue creado por Dios, instantes después comenzó a hacer tecnología. Dios es el
primer y Gran Maestro de Tecnología. Cuando creó al hombre dijo: “...Tengan
muchos, muchos hijos; llenen el mundo y gobiérnenlo; dominen a los peces y a
las aves, y a todos los animales que se arrastran.” (1:28)
Y después la Biblia agrega: “...Dios el Señor plantó un jardín en la región de Edén, en el oriente y puso allí al hombre que había formado.” (2:8,15) ¿Cómo podía el hombre realizar tareas agrónomas si no inventaba algunos instrumentos que fueran prolongaciones de sus miembros para dichas labores?
Y después la Biblia agrega: “...Dios el Señor plantó un jardín en la región de Edén, en el oriente y puso allí al hombre que había formado.” (2:8,15) ¿Cómo podía el hombre realizar tareas agrónomas si no inventaba algunos instrumentos que fueran prolongaciones de sus miembros para dichas labores?
Y si Dios provee para todos hombre o mujer en
su tiempo de nuevas tecnologías, quienes somos nosotros para excluir a nuestros
ancianos.
El problema no es de tecnología, el problema es
de lo que hacemos con ella como iglesia y como cristianos.
Nuestros abuelos tienen derechos, igual que los
niños y los adultos.
Próxima semana Publicaremos la parte
2 de “¿Se puede dar fruto en la vejez?”
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