Ahora hay pruebas basadas en entrevistas con
niños y abuelos de que los niños necesitan a sus abuelos y viceversa. Los
estudios muestran que el vínculo entre los abuelos y los nietos es el segundo
en el poder emocional y la influencia sólo en la relación entre padres e hijos.
Los abuelos afectan la vida de sus nietos, para bien o para mal, simplemente
porque existen. Desafortunadamente, muchos abuelos ignoran el hecho, a la
privación emocional de los jóvenes.
Lamentablemente, muchísimos abuelos de hoy día
se apartan de sus nietos por diversas causas, de los niños estudiados, sólo el
cinco por ciento informó un contacto estrecho y regular con al menos un abuelo.
La gran mayoría ven a sus abuelos con poca frecuencia, no porque vivan
demasiado lejos, sino porque los abuelos han decidido mantenerse emocionalmente
distantes. Estos niños parecen estar heridos, enojados y muy perceptivos con
sus abuelos. Uno de ellos dijo: "Sólo soy un encanto en el brazalete de la
abuela."
Los papeles positivos que los abuelos juegan
son: cuidador, narrador, historiador de la familia, mentor, mago, confidente,
negociador entre el niño y los padres, aparte de que se vuelve el modelo para
la propia vejez del niño. Cuando un niño tiene un fuerte lazo emocional con un
abuelo, disfruta de una especie de inmunidad, no tiene que actuar como abuelo
para sus padres, compañeros y maestros. El amor de los abuelos viene sin
ataduras de comportamiento. Los conflictos emocionales que a menudo ocurren
naturalmente entre los niños y los padres no existen entre los abuelos y los
nietos.
La gran historia de esta realidad comienza en
Génesis 1, donde no sólo se nos dice que solo los seres humanos, entre todas
las creaciones de Dios en el universo, han sido hechos a Su imagen, pero más
aún, somos preciosos para Él. Para demostrar el significado de esa verdad
inmutable, lo primero que Dios hizo después de Su acto final de crear Adán y
Eva, varón y hembra, fue para bendecirlos. Esto es lo que se registra en
Génesis 1: 27…28 y más.
Así creó Dios al hombre a su imagen, a imagen
de Dios lo creó; Hombres y mujeres los creó. Dios los bendijo y les dijo:
"Sed fructíferos y multiplicaos; Llenar la tierra y someterla. Regla sobre
los peces del mar, las aves del cielo y sobre todo animal que se mueve sobre la
tierra”
Si esto no fuera lo suficientemente importante
para Dios ¿para que Moisés lo registraría?
Es razonable llegar a concluir que, hablando de
bendiciones del uno sobre el otro, especialmente nuestros hijos y nietos, esta
relación es una poderosa herramienta para comunicar el alto valor que Dios ha
dado a cada uno de ellos. Él los creó a Su imagen, y una bendición afirma ese
valor y propósito único que Él tiene para ellos.
Abuelos, espero que entiendan el impacto
destructivo que las mentiras culturales de nuestras sociedades sobre la
identidad y la felicidad pueden tener en nuestros nietos.
Nuestros nietos necesitan escuchar palabras de
bendición y esperanza arraigadas en la verdad de Dios... esa verdad de vida de
ustedes. Estoy plenamente convencido de que el dar la bendición de un padre y
un abuelo es enormemente poderoso en la vida de un niño.
Esto es especialmente cierto en un momento de
crisis de identidad para nuestros hijos, a partir de una edad muy temprana, no
podemos hacernos los ciegos ante la realidad de que nuestros hijos y nietos
actuales, van aceleradamente perdiendo el encanto de la infantilidad, de la
fantasía, a causa de los diversos medios que para comunicarnos tenemos ahora.
Nuestros nietos están creciendo en un contexto
cultural que ha descartado en gran medida cualquier verdad sobre lo que
significa ser humano y ser hecho a la imagen de Dios. Yo creo que un abuelo,
como un dador de bendiciones, puedes contrarrestar esa crisis de identidad al
hablar el mensaje de Dios de valor y propósito en sus vidas.
¿Como hacemos eso? Aquí hay cuatro sugerencias
...
1) Hable intencionalmente palabras de verdad y
gracia. La bendición hablada, como las palabras del Padre sobre su Hijo, Jesús,
"Este es mi Hijo amado en quien me complazco", comunican alto valor,
propósito y esperanza cuando se habla genuinamente y con un compromiso de estar
detrás de lo que dices. Practica diciendo una bendición sobre tus nietos
regularmente. Números 6: 24…26 es un buen patrón para seguir. “El SEÑOR te bendiga
y te guarde; el SEÑOR te mire con agrado y te extienda
su amor; el SEÑOR te muestre su favor y te conceda la paz” NVI
2) Ser rápido a escuchar y lento a hablar. Sus
nietos sabrán que los valoran cuando saben que se preocupan por lo que piensan
y sienten. Ellos sabrán que te importa cuando te tomas el tiempo para escuchar
en vez de decirles lo que deben hacer. Sólo entonces podrán hablar sobre sus
vidas.
3) Busque oportunidades para recordarles
quiénes son como portadores de la imagen de Dios. Por ejemplo, si tu nieto
juega deportes, asiste a algunos de sus juegos si eres capaz. Si pierden un
juego, recuérdale que ganar o perder no es lo que lo identifica o le da valor.
Hable palabras de aliento y valor que mantengan la integridad, la excelencia y
el servicio a los demás. Para su nieta, deje las notas pegajosas en su espejo
cuando usted visita que habla las palabras de la bendición sobre su belleza
externa e internamente, eso reconoce una cierta cualidad que usted ve en ella.
4) Celebre momentos memorables en la vida de su
nieto con una bendición especial. Use este tiempo para derramar espiritual y
materialmente una bendición sobre ellos. Escríbales, aun cuando no están lejos,
y encuadre sus triunfos como son sus primeras letras, primeros dibujos,
secuenciales de fotos, etc. esto se mantendrá ahí como un recordatorio de amor,
de bellos recuerdos.
Las palabras de un abuelo tienen poder para
bendecir o maldecir. Úsalos sabiamente por el bien de nuestros nietos, para que
conozcan con certeza la verdad acerca de quiénes son como portadores de la
imagen de Dios y no acepten las mentiras de las normas culturales que los rodean.
Ahora es cuando, se llegó ese momento en que
más que nunca los niños necesitan de abuelos, de abuelas, no importa cuantos
consanguíneamente tengas, puedes adoptar más, como los de tus vecinos, de los
orfanatorios u otros lugares y ten la seguridad que en tus momentos de
reflexión o de sueños oirás… “Tú eres mi Hijo amado; estoy muy complacido
contigo” Lucas 3:22 NVI
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