Siempre me siento muy cómodo interactuando con los adultos
mayores. Pero muchas personas son resistentes a trabajar con adultos mayores
por miedo a quedarse mudos y no hallar tema de conversación con ellos. Lo más
temido es la idea de sentarse con una persona mayor y no tener nada que decir.
Pero es que tenemos que tener en cuenta
que las personas mayores son las personas simplemente mayores. Son individuos
vibrantes y dinámicos. Y, en todo caso tienen aún más de que hablar que
cualquier joven. Décadas de experiencia otorgan a los adultos mayores una
sabiduría que muchas personas más jóvenes podrían beneficiarse y aprender de
ellos.
De todos modos, muchas personas están
preocupadas por poder quedarse cortos en el que decir con un adulto mayor.
Si se visita una persona mayor querida o
pretende trabajar con los ancianos, he aquí algunas estrategias para ayudar a
iniciar la conversación... y mantenerlo en marcha.
a) Utilice Preguntas
Abiertas: En realidad es cierto que nuestro cerebro cambia con la edad. Una
disminución en las células que regulan el almacenaje de nuevas cosas, hace que
el cerebro más viejo muestre un ligero descenso en la toma y el uso de nueva
información, por lo hechos y detalles minuciosos difíciles de recuperar. Trate
de evitar las preguntas directas para dar inicio a una conversación. Hacer
preguntas que exigen una respuesta específica puede inhibir y dar vergüenza
para la persona que no puede recordar. A menos que este seguro de que el tema
es algo que la persona está interesada en recordar o incursionar, mejor inicie
una conversación con preguntas abiertas que permitan que puedan surgir tros
temas sobre la marcha. Tenga en cuenta; el cerebro más viejo es mejor para
comprender el panorama y ver la vida desde una perspectiva más amplia. Invite a
su interlocutor para unirse a la conversación sin exigir una memoria correcta y
detallada. Preguntas indirectas también pueden ayudar a conseguir un flujo de
diálogo versátil. Recuerde, no hay una respuesta "correcta". La idea
es dar paso a una conversación de una manera que honre la experiencia y la
sabiduría de la persona mayor. Practique el uso del quién, qué, dónde, cuándo y
cómo, para plantear conversaciones directas en forma de preguntas: ¿Cuál fue la
vacación que más gozo? ¿A quién admiras más?.
b) Acentúe Lo
Positivo: Comience con una observación positiva acerca de la persona. Las
investigaciones muestran que en una mentalidad positiva la creatividad mejora.
Las personas mayores pueden beneficiarse mucho de la llamada conversación
positiva, que puede tener beneficios físicos-mentales y días de duración. Hable
con actitud optimista. Evite preguntas vagas como "Cómo estás hoy",
lo que podría invitar a una letanía de dolencias o quejas.
c) Utilice
Indicaciones: Existen personas reservadas y monosilábicas (si, no, puede ser,
etc.), con quienes a veces es sumamente difícil entablar una conversación. Para
estimular una conversación, libros de fotos históricas contemporáneas de la
ciudad u otros acontecimientos en su pasado serán suficiente para generar horas
de conversación. Las imágenes ayudaran al amigo mayor a evocar y hablar de los
recuerdos y experiencias que eran una delicia para compartir.
d) Sea Paciente: Algunos adultos
mayores tienden a hablar constantemente sobre los mismos temas. Aunque a veces
puede ser señal de pérdida de memoria o demencia, la mayoría de ocasiones es
una expresión natural de lo que es importante para los ancianos en su vida en
ese momento. Si usted se encuentra molesto por la repetición, debe buscar
maneras de hacerle frente, como la respiración profunda o flexionar los dedos.
e) Lea En Voz Alta: Leerle a una
persona mayor puede ser una excelente manera de conectarse. Todos los tipos de
narraciones proporcionan espacio para la discusión más profunda. Elija material
basado en los intereses de la persona: ¿Es la anciana muy espiritual? Ella
puede encontrar consuelo mientras le lees pasajes de la Biblia en voz alta. ¿Es
un amante de los cuentos vernáculos? Qué tal un par de cuentos costumbristas de
su región. Su sola voz puede ser una fuente de consuelo calmante. Leerle a la
persona mayor le ofrece compañerismo sin poner una presión indebida sobre ambas
partes para generar consistentemente una nueva conversación.
f) Averigüe Qué Hace
Sonreír:
A todos nos gusta hablar acerca de nuestras aficiones, familias, las cosas que
amamos o lo que más nos interesa. Al iniciar una conversación con una persona
mayor, pregunte lo que les gusta. Temas como preguntar acerca de sus comidas
favoritas, programas de televisión, películas, libros y música son un gran
auxilio para comenzar. Echa un vistazo alrededor de su habitación y trata de
adivinar lo que a la persona le puede gustar. ¿Tienen premios por un logro
especial colgado en la pared? ¿Están las paredes cubiertas de fotografías de
sus nietos? ¿Está su cama adornada con mantas tejidas a mano? Enfoque y hable
sobre lo que trae esta alegría persona
g) Hablar Del
Pasado:
La reminiscencia es un mecanismo terapéutico muy importante para los adultos
mayores. Muchas personas mayores encuentran alegría en hablar sobre los eventos
en su pasado. Usted puede preguntar acerca de su infancia, sus triunfos
estudiantiles, puestos de trabajo, etc.
Y si depuse de todo lo anterior necesita
más ayuda, aquí hay algunas preguntas que usted puede utilizar para romper el
hielo al hablar con una persona mayor:
·
¿Usted tiene un animal favorito o comida, color, canción, etc.?
·
¿En que escuela estudiaste?
·
¿Cuál fue el primer trabajo que has tenido?
·
Cuando eras pequeño, ¿cuál fue su vecindario?
·
¿Cuál es tu tipo favorito de música?
·
¿Qué es lo que más te da orgullo de tu vida?
·
¿Cómo fue su experiencia deportiva en la vida?
·
¿Cuántos nietos / hijos tiene usted?
·
Cuando eras un niño, ¿qué hacías para divertirte?
·
¿Qué te hace feliz?
·
Al crecer, ¿cuáles fueron algunas modas que recuerdas: peinados,
ropa, bailes, etc.?
Ten siempre presente que parte fundamental de una buena
conversación es ser un buen escucha, aprende a escuchar a tu interlocutor.
Para concluir en todo momento recuerda que la Biblia enseña en Efesios: “Ninguna palabra
corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria
edificación, a fin de dar gracia a los oyentes” Efesios 4:29
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