Nacemos
y empezamos a envejecer. Al principio lo tomamos con entusiasmo o simplemente
no concebimos que puede suceder lo suficientemente rápido. A los primeros años
pareciera que tenemos por delante toda la eternidad, a los doce años vemos a
los de veinticinco como viejos, pero cuando vamos llegando a esa edad de
veinticinco, entonces algo empieza a
suceder, de pronto poco a poco, los años empiezan a pasar más rápidamente. El
cumpleaños antes tan esperado, viene más rápido y el pastel se llena de mas
velas.
Empezamos
a preocuparnos mas por nuestra apariencia, la mujer pasa más tiempo de visita
en el departamento de maquillaje o buscando peinados más favorecedores o
consejos de belleza.
Todo
esto porque nace mujer. Como tal, ha heredado la delicadeza de la feminidad.
Los hombres, por otro lado, tenemos una forma más peculiar de ser. Vamos por la
vida sin tener que usar maquillaje. Un corte de pelo al mes se encarga de eso.
Un par de zapatos de color negro o marrón y un par de tenis. Se puede guardar
toda la ropa en un armario dejando la mitad para ella.
¿Por
qué es que las arrugas y canas hacen que los hombres se vean distinguidos pero
la mujer no? Definitivamente hay una predisposición o prejuicio en esto,
nuestra cultura nos hace pensar así.
Nos
encontramos influenciados por los modelos que aparecen constantemente delante
de nosotros en la televisión, los periódicos, vallas publicitarias o las
revistas, las películas, en fin, por la publicidad donde quiera que vayamos.
Nos quieren hacer creer que un determinado producto puede cambiar la cara de 60
años de edad a una que parezca de 20 años. Y las estrellas del cine que están
mayores en años, todavía se ven como lo hicieron en la universidad. Esta es la
apariencia (look) que la gente espera que tengan las mujeres.
La
mujer que tenga sus comodidades puede pagar bien y puede darse el lujo de lo
último en procedimientos quirúrgicos que después de un tiempo no serán
suficientes. Pagan a los profesionales del maquillaje, tratamientos de spa,
expertos costureros y los mejores fotógrafos, por supuesto master en retoque
fotográfico.
Pero
que todos vamos a envejecer, vamos a envejecer. La alternativa no es una
solución aceptable. La edad no sólo afecta a la cara, a nuestros cuerpos también.
Nos duele en lugares que ni siquiera sabíamos que teníamos. Alguien dijo:
"Es una pena que la juventud tiene que ser desperdiciada en los
jóvenes" Ellos, a igual que nosotros cuando fuimos jóvenes, no se dan cuenta de esto, hasta que se ha
ido.
La
vida es solo para un periodo de tiempo. Cuando nacemos, alguien nos tiene que
vestir, nos alimentan y nos bañan y cuando nos hacemos mayores aprendemos a
cuidar de nosotros mismos. Entonces llegamos a un punto en que algunas de estas
cosas, si no todas, son hechas por nosotros. Pasamos por nuestros años jóvenes
sin darnos cuenta de la bendición de ser joven. Luego, lentamente, las cosas
empiezan a decaer, las cosas que deseamos haber hecho, ya no las podremos hacer
o cosas que no deberíamos haber hecho cobran su factura. El tiempo que ha
pasado, por mas que trates de hacerlo, no volverá de nuevo.
El
envejecimiento no tiene por qué ser algo malo. Recuerde que Dios es mayor que
cualquiera de nosotros. Él entiende. Él nos creó como somos. Los jóvenes pueden
tener características deseables pero la edad del viejo tiene la experiencia y
la sabiduría.
Envejecer
es una parte del plan de Dios. Se ha dicho que las molestias y dolores que
desarrollamos son sólo recordatorios de que hay un mejor lugar esperando por
nosotros. Y una de las promesas es que no hay tiempo medido en el cielo, ni
vamos a ser viejos cuando lleguemos.
Hoy
a la vejes, no se le tiene el respeto que alguna vez se le tuvo. Muchos
ejemplos en la Biblia registran las ventajas de los ancianos. El respeto de
Ruth con su madre política y la bendición que recibió por esto es un buen
ejemplo. (Ruth 1:16..17; 4:13). También la Biblia nos muestra la desaprobación
de Dios para los que no honran a sus mayores. Reflexionemos un poco esa
historia en 2 Reyes 2:23..25, Eliseo estaba entrando en Bethel, un grupo de
niños que salieron de la ciudad, se burlaban de él. Ellos dijeron:
"¡Calvo, sube!¡calvo, sube! " Estos niños, note la característica
común de la falta de pelo en un anciano, pensaron que podían pasar un momento
de buen humos a costa de la edad del profeta. Pero Dios no lo vio divertido y
mando dos osos de los bosques, que vienen y dañan o matan a cuarenta y dos
niños. Creemos que es injusto castigar a los niños pequeños, pero el mayor
dolor será perderlos por falta de respeto, porque los padres se han olvidado de
enseñarles respeto por los ancianos.
Hemos
llegado a considerar como una condición de calidad muy importante, a la primera
impresión dada por nuestra apariencia. Afortunadamente, Dios no se impresiona
ni es engañado por nuestra apariencia física. Por lo tanto, aquellos que no
tienen la belleza exterior e incluso con las deformaciones más inconcebibles,
pueden ir al cielo.
La
vanidad del hombre y esa estúpida tendencia de querer ser igual a otros, a
causado problemas a mas de alguna persona, pero también a pueblos enteros:
Israel, siendo Jehová su Soberano, llegó a Samuel y le pidió un rey. Querían
uno como lo tenían las demás naciones y llevarlos a la batalla. El elegido fue
Saúl, joven atractivo y muy alto. Sí, muy parecido a los gigantes que habitaron
la tierra de ellos. "Pero Dios les dio un rey en su ira y él se lo llevó
en su ira." (Oséas 13:11) No, Dios no se fija en lo físico como un
atributo. Cuando Dios eligió a David, sucesor de Saúl, "no estaba en la
apariencia exterior, porque el Señor mira el corazón." (1 Samuel 16:07)
Lo
que agrada a Dios, es la belleza interior del alma. Con la edad, aprendemos a
observar las manifestaciones de estas cualidades. El lenguaje corporal es muy elocuente
y difícil de disimular. ¿Es la persona un buen oyente? ¿Hay un buen contacto
visual? ¿Está sonriendo? ¿Es que sólo quiere hablar de sí mismo o dominar una
conversación? Todos podemos ser culpables de algunas de estas cosas algunas
veces.
Negarse
a envejecer no funciona y no engaña a nadie solo a nosotros mismos por un
tiempo. Estemos orgullosos de los años que Dios nos ha dado y no tenga miedo de
exponer los años exactamente.
Recuerde,
usted no es viejo, siempre y cuando usted pueda reírse de los chistes. También
se puede saber la edad de una persona por lo que están poniendo en su carrito
de compras. Sé que va a mirar a los demás en la próxima salida de compras, ¿no?
Y voy a tener cuidado con lo que estoy poniendo en la mía!
El humor es un gran escape. Los problemas no parecen tan
malos cuando reímos de ellos. La naturaleza no es parcial. Todos vamos a
envejecer, si vivimos lo suficiente. El envejecimiento ocurre con los ricos y
famosos, mendigos y gente común, hombres y mujeres, el sabio y el ignorante.
Debemos
aceptar que el envejecer está aquí para quedarse. Es parte del último examen
final en esta prueba de vida. Dios entiende. Tal vez no somos capaces de
conducir para visitar a un enfermo, pero podemos enviar una tarjeta. Tal vez no
podamos preparar una comida y ayudar a una familia hambrienta pero podemos orar
por ellos. Y si una persona joven te ofrece a acompañarte a una cita, ¿por qué
le dices que no? te estás negando la oportunidad de hacer una buena amistad.
Recuerdo
a una mujer cristiana maravillosa en nuestra congregación. Ella tuvo que tener
ayuda para asistir al culto, estaba confinada a una silla de ruedas, pero ella
estaba tan emocionada de estar allí, que su sonrisa iluminaba toda la iglesia y
calentaba el corazón de todos los presentes.
La
gente mejora con la edad, al igual que las antigüedades, que crecen en valor.
Ya no son los atributos físicos los que califican, pero si los espirituales. El
cuerpo volverá a la tierra, pero el alma va a durar para siempre. No importa
que usted ganó un concurso de belleza, pero ¿cómo vivió su vida como cristiano?
Nuestro
cuerpo fue diseñado para sostenernos en un mundo físico, es temporal. Dios
sabía que necesitaríamos estas cosas y vemos su amor en todas las bendiciones
que nos da cada día. Pero nada se compara con el sacrificio que Jesús hizo para
quitar nuestros pecados. Era parte del plan de Dios antes de la creación del
universo.
Todo
el mundo pasa de moda. Todo el mundo no va a ir al cielo. Llegamos a viejos
para ser sabios y el sabio se preparará para afrontar lo desconocido, pero con
la ayuda de Dios, lo hacemos. Y si Dios esta con nosotros ¿Quién contra
nosotros?...
Envejece Alegre.
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