Las personas mayores constituimos hoy en día una categoría
social que es imposible ignorar, aunque el estatus de jubilados nos sitúa al
margen de la población activa. Actualmente y aún más acentuado en las próximas
décadas, la nuestra será una población en constante envejecimiento
.
Hace unos quince años, hablar de actividad
física para la tercera edad era impensable, en primer lugar por la falta de
información y de investigaciones sobre el tema y en segundo lugar por determinados
prejuicios.
Los tiempos han cambiado y en nuestra vida
la actividad física tiene una justificación y un sentido, ya que se puede
conseguir una buena condición física a cualquier edad con un entrenamiento
adecuado. Hay que entender la actividad física no sólo como una actividad
corporal sino también como una forma sobre todo de contacto social, de
reencuentro con un ritmo de vida y de expansión lúdica e incluso una forma de
mejorar ante nosotros mismos nuestra propia imagen.
Las actividades físicas tienen la ventaja
de poder ser practicadas por la mayoría de personas mayores, sin discriminación
social ni obligaciones materiales.
Qué conlleva envejecer
Por lo general, las adversidades,
limitaciones y enfermedades inducen a un sentimiento pesimista y de
desesperación. Realmente el estado de la mente puede afectar al cuerpo tanto
para mejorar como para empeorar. Hay que dejar de considerar la vejez como una
desorganización de funciones y conductas psicológicas que preceden a la muerte
y entenderla como una vida deficitaria con peculiaridades propias. La
preparación de una buena vejez se hace durante la educación y la experiencia de
toda la vida.
A veces la aparición de una enfermedad
implica el auto-abandono, la desmoralización y esto es muy importante para el
individuo por la pérdida de la confianza y el pensamiento negativo, de los
cuales es muy probable que ya no se libere nunca.
Algunos de los factores que influyen sobre
la longevidad son: Nutrición, Control de peso, Hábitos en el consumo de alcohol
y tabaco, Ejercicio físico, Descanso y Manera de reaccionar ante el estrés.
Rasgos característicos del envejecimiento
En la vejez el cuerpo está más expuesto a
las enfermedades y al desgaste físico, aunque se llegue a una etapa de mayor
tranquilidad y estabilidad en todos los aspectos. Así nos encontramos con:
Deterioro intelectual: Hay una pérdida
de memoria acorde con la ley de Ribot (un anciano olvida rápidamente las
experiencias más recientes mientras que recuerda las pasadas). También las
habilidades perceptivo-motoras muestran un declive. La conclusión es que el
estado cerebral causante del deterioro no está relacionado con la edad
cronológica por lo que no cabe esperar una disminución de la capacidad
intelectual simplemente por el paso del tiempo.
Cambios de personalidad: Pierde la
confianza y la autoestima cuando ya no tiene actividad profesional ni amigos.
Pierde paulatinamente el entusiasmo y la amplitud de espíritu en los
acontecimientos y en los atractivos del tiempo presente replegándose. La
introversión ha sido mejor demostrada en el sexo femenino. Algunos rasgos
igualmente se encuentran más en relación con el declive intelectual que con la
edad cronológica (dependencia, conformismo, servilismo, prudencia y necesidad
de orden).
Condicionamientos sociales
La jubilación supone una fecha trágica
para el individuo, en la cual debe abandonar su actividad productiva de manera
obligada y en la mayoría de los casos no está justificada por la disminución
real de las capacidades del sujeto. Soluciona un problema y crea otros. La
jubilación supone muchos cambios en la vida del sujeto: Varía totalmente su
vida social; Cambia radicalmente el ritmo de vida; Aumenta súbitamente su
tiempo libre; Reduce los ingresos económicos.
Los factores más influyentes en este
proceso de adaptación son el estado de salud física, la autonomía económica, la
integración social y la amplitud de sus intereses. En la sociedad moderna no
hay lugar para los ancianos, que se suelen agrupar en las calles o en las
plazas formando auténticas subculturas (esto no es propio de la edad sino que
también lo encontramos en otros colectivos como los jóvenes en paro. Esto
demuestra que la causa de este trauma son las condiciones sociales).
La vida sexual
La sexualidad juega un papel muy
importante dentro del comportamiento psicológico del anciano. Hay que tener en
cuenta que la sexualidad no es únicamente genitalidad y que también es sinónimo
de vida sentimental, cariño, amor...etc.
En la sexualidad de los ancianos
predominan los sentimientos de afecto y ternura más que los de amor carnal. Es
erróneo pensar que los ancianos no tienen tensión sexual. La respuesta sexual
se puede mantener hasta edades muy avanzadas.
Formas de aceptar la vejez
Las personas cuando envejecen tienden a pensar
mucho en ellas mismas, reconociendo y comprendiendo los cambios experimentados
en sus cuerpos y en sus mentes, los aceptan filosóficamente, incluso a veces
con buen humor, sin intentar ocultarlos ni exagerarlos. De esta forma evitan
mostrar una amargura excesiva por su decadencia. Algunos siguen haciendo
aquellas actividades que están a su alcance y abandonan las que quedan fuera de
sus posibilidades. Pueden experimentar nostalgia pero sin llegar a la
autocompasión. Estas personas suelen estar muy bien integradas y generalmente
el trato con ellas es grato. Esta aceptación integral es más bien excepcional.
Otros acusan profundamente su
envejecimiento, la mirada se dirige al pasado y sienten envidia del vigor y de
los éxitos de la juventud y la amargura, la frustración y el mal humor
aumentan; no tienen capacidad ni voluntad para cambiar sus hábitos. No hacen
ningún intento por reconducir su vida ni buscan nuevas motivaciones. Parece que
no se quieran aceptar tal como son y se miran con una actitud conformista y de
autocompasión.
Más positiva, psicológicamente, es la
actitud de aquellos que se comportan como si no hubiera cambiado nada. Ocupan
su tiempo y disfrutan de una forma u otra de su ocio. Si esta actitud se lleva
a límites exagerados deja de ser positiva para caer en el absurdo, ya que
ignorando la realidad del envejecimiento lo que hacen es engañarse a sí mismos,
y cuando se ven realmente incapacitados aún lo aceptan menos y recaen
psicológicamente de forma total.
El cuadro más deprimente lo dan las
personas que no aceptan enfrentarse a las dificultades de la vida. No reciben
obligaciones de nadie, se encierran en ellas mismas y no hacen el más mínimo
esfuerzo ni por su propio bien. Generalmente esta actitud va acompañada de
trastornos mentales que hace que se comporten como niños.
Finalmente la postura más agradable es la
que muestran las personas de edad avanzada, que aún encontrándose en estado de
disminución, aceptan con optimismo las adversidades, se interesan por los
demás, aceptan ser ayudados sólo si es preciso y se esfuerzan por mantener su
independencia al máximo.
Las actividades deportivas en la tercera edad
¿Qué deportes se pueden practicar en la
vejez? La oferta debe ser amplia y variada y que casi todas las modalidades de
deporte o actividad son aprovechables para ser realizadas durante la tercera
edad siempre que se modifiquen sus reglamentos.
¿A quién van dirigidas estas actividades?
La tercera edad comprende un gran abanico de edades y de gente (grupos
heterogéneos). Esto nos dice que hay que conocer el nivel inicial de las
personas para adaptar las prácticas a su ritmo. Esa heterogeneidad viene
marcada en principio por la edad, antecedentes deportivos, nivel sociocultural,
antecedentes patológicos, osteoarticulares, cardiovasculares, broncopulmonares
y dismetabólicas.
Es importante que conozcan las señales de
alarma. El ejercicio bien adecuado y programado casi nunca está contraindicado.
Es obvio que el deporte es un medio excelente para conseguir un elevado grado
de mantenimiento físico no debemos olvidar que la inactividad atrofia los
músculos.
Luego entonces ¿Por qué no empezamos?
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