Para llegar al cielo se necesita mas de
una escalera grande y otra chiquita.
“Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre
nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su
madre, y nacer? Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no
naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo
que es nacido del Espíritu, espíritu es.”Juan 3:4..6
Quiero confesar que no tengo mucho interés
en los deportes, aun así, si hay algún buen partido del deporte que sea lo veo,
siempre y cuando sea gratis y en tiempo de ocio. Pero nunca compro boletos.
Realmente no me interesa mucho los deportes. No tengo nada en contra de
fútbol o los demás deportes, simplemente tengo otros intereses.
Mi indiferencia a los deportes, es una
buena ilustración de como muchos reaccionan a las cosas de Dios. No tienen
realmente un gran interés en la Biblia, en la alabanza, en conocer a otro
cristianos, en la oración.
Tienen otros intereses, prefieren hacer
otras cosas. Quizás asistan a una iglesia, como Nicodemo, tal vez son
oficialmente parte de una religión, pero el contacto directo con Dios, por
medio de la oración, las alabanzas, la predicación, no es ninguna prioridad en
su vida. Se sorprenden por la cantidad de tiempo, que dedicamos a la fe, a
hablar de lo que Dios está haciendo en nuestras vidas, el tiempo dedicado en el
servicio de Dios.
Pero es que en Cristo, la persona es
regenerada y tiene otros intereses.
Esta cambiado. (2 Corintios
5:17..21) Tus deseos, tus intereses, las pasiones de tu corazón tienen que ser
cambiados por esta regeneración o si no, no hay ninguna esperanza de participar
en el reino de Dios. Es una obra de Dios, y no de hombre (Tito 3:4..7). Tenemos
que tener un cambio y nunca se es viejo para tenerlo.
¿Porque en la historia del hijo prodigo,
el hermano menor (el prodigo) recibió el mejor vestido y el anillo de su padre
regresando a casa? Estaba ya
diferente. Cambiado por el arrepentimiento,
no fue la misma persona que dejo la casa de su padre con ganas de conocer el
mundo. Lucas 15:32. La celebración era por causa de esto, el cambio en su vida.
Y nunca se es viejo para dar este cambio.
Dice en Tito 3:5 que hay una lavamiento de
nuestra naturaleza, en la regeneración. Dios está lavando a nosotros de la
suciedad de la naturaleza vieja, dándonos una vida nueva, somos una obra nueva
en Cristo Jesús.
El hombre en su estado natural es un hijo
de ira, no entiendienden las cosas del Espíritu porque son una locura para él.
El hombre natural tiene un corazón de piedra según Ezequiel 36:25..26. No
necesariamente porque es tan duro, sino que simplemente no tiene vida. Espiritualmente no esta vivo, está muerto.
Génesis 5:3 Estamos nacidos en la imagen de Adán, pero al llegar a Cristo,
somos renacidos en la imagen de Cristo.
Si no conoces aun a Cristo íntimamente te
es necesario, nacer de nuevo. Porque no puede el hombre entrar en el reino de
Dios con esa naturaleza vieja.
A un perrito, cubierto de lodo y que huele
mal, no le es permitido entrar a la casa, correr a la recamara y subir a la
cama para acostarse en la almohada, seria ridículo. Y así, nosotros con la
naturaleza vieja, no podemos ir y morar en el palacio de Dios en los cielos si
nuestra naturaleza no es cambiada, transformada. Vuelvo y repito, es necesario,
nacer de nuevo.
Quizás has tenido un encuentro con el
evangelio, pero piensas en tu corazón, prefiero hacer otras cosas, esto no me
interesa.
Pero es bueno que sepas que los que
caminamos en Cristo, estamos aprendiendo a alabar a Dios, ensayando para estar
en la presencia de Dios en el cielo.
Para ir a este lugar donde El mora.
Como un hombre de negocios, en preparación de ir a otro país, aprende
sus costumbres, su idioma, nosotros nos estamos preparando a ir a otro lugar,
donde tenemos nuestra verdadera ciudadanía. Nuestra ciudadanía está en los
cielos (Filipenses 3:20). Cuando uno quiere ser ciudadano de un país, hay que
saber su historia, su gobierno, sus tradiciones. Y así nosotros, estamos preparando, aprendiendo de esa ciudad de
Dios.
Sabemos que seremos recibidos. (Hebreos
10:16..25)... ¿qué si tenemos una garantía?
Sí... Efesios 1:13..14
Pregunta: ¿Estas tu en Cristo? O estas
simplemente mirando todo lo que pasa en el mundo o en tu iglesia.
En el día del gran diluvio, seguramente
había muchos que venían y miraban a la barca de Noé, cuando empezó a llover,
pero poco a poco, las olas del agua los llevaron y ahogaron, porque no estaban
dentro de la arca, estaban todavía afuera, aunque muy cerca.
Si alguno está en Cristo, nueva criatura
es. La vida muy corta, los años pasan volando, en muy poco tiempo o en
cualquier momento sabrá por seguro, si está realmente en Cristo o simplemente
mirando las cosas de Dios como un observador.
Los que son nacidos de nuevo pasan por
cuarto puertas. La primera es...
1)
La elección.
2 Tesalonicenses 2:13..14 “Pero nosotros
debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el
Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante
la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro
evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.”
2)
Tener una parte en la muerte de Cristo Jesús. Tener un interés en lo que pasó, en la cruz de calvario.
Hay gente que traten de servirse de
Cristo. Buscan el perdón pero no la pureza. Quieren ser libres de la
culpabilidad, pero no quieren nada que ver con la santidad.
3)
Las escrituras.
Debemos saber con que autoridad podemos
confiar en nuestra posición con Dios.
Simplemente confiar en que todo está bien, sin ninguna promesa es
presumir horriblemente con Dios. Debemos
saber cuales son sus promesas y como esas promesas aplican a nuestras vidas.
“El que aparta su oído para no oír la ley,
Su oración también es abominable”
Proverbios 28:9. “Hay camino que al le parece derecho; pero su fin es
camino de muerte” Proverbios 14:12
4)
La común unión (comunión) con Él.
Génesis 5:21..24 “Vivió Enoc sesenta y
cinco años, y engendró a Matusalén. Y
caminó Enoc con Dios, después que engendró a Matusalén, trescientos años, y
engendró hijos e hijas. Y fueron todos
los días de Enoc trescientos sesenta y cinco años. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó
Dios.”
¿Andarán dos juntos, si no estuvieron de
acuerdo? Muchos dicen: No, pues estoy andando en pecado constante, pero Dios
entiende, mí Diosito me quiere.
No os engañéis... El que no naciere de nuevo, no puede ver el
reino de Dios.
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