Eclesiastés
12:1..8 "1 Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que
vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en
ellos contentamiento; 2 antes que se
oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras
la lluvia; 3 cuando temblarán los
guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas
porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas; 4 y las puertas de afuera se cerrarán, por
lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas
las hijas del canto serán abatidas; 5
cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá
el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el
hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las
calles; 6 antes que la cadena de plata
se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la
fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo;
7 y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios
que lo dio. 8 Vanidad de vanidades,
dijo el Predicador, todo es vanidad.
"
En
los últimos años, como una política gubernamental en muchos de nuestros países
se ha dado por celebrar el mes de la Tercera Edad. Tenemos ahora una nueva
fecha para celebrar; y en estos pasados años es cuando hemos visto que aumente
la popularidad de esta nueva fecha; nueva fecha de la que se aprovecha mucha
gente para hacer ganancias.
Los
tiempos que estamos viviendo, nos muestran una época en que la juventud es
exaltada desmedidamente a costa de las demás etapas de la vida. Tal vez, como
dice el verso: "juventud, divino tesoro". Fíjense: los mejores
trabajos, los mejores rostros, las mejores oportunidades, los mejores puestos
son reservados para la gente joven... Pero... ¿Quiénes están detrás de esto?...
De seguro viejos, si viejos que están explotando a nuestra juventud.
El
problema radica en que la juventud es apreciada únicamente en términos del
potencial, de la belleza y fuerza físicas, que se encuentran en su punto máximo
durante esta edad. Por el contrario, la infancia, la edad adulta y la vejez,
principalmente ésta, no es tan bien vista como ser joven. Gerente joven,
maestro joven, pastor joven, presidente joven, etc. se oyen atractivos.
Pero
por otra parte, este culto a la juventud esconde que dentro de nosotros existe
un miedo y una resistencia a dejar esta etapa joven de la vida: son pocos los
adultos a quienes no les da pena decir su edad. La supuesta cortesía
considerada una falta de educación preguntarle la edad a una persona que ya no
se ve joven.
Lo
curioso es que nos olvidamos que cuando éramos niños y adolescentes queríamos
que la gente pensara que teníamos mayor edad de la que realmente teníamos. En
términos sencillos, nos resistimos a dejar de ser jóvenes.
Tan
es así que a los ancianos ahora se les conoce como los jóvenes de la tercera
edad; se dicen frases como el alma siempre es joven, joven de corazón, etc., todo
en un intento de quedarnos al menos con algo de la juventud.
Este
temor o resistencia a dejar la juventud se observa en:
·
En el aumento impresionante
de cirugías plásticas y reconstructiva tanto en hombres y mujeres: vean a los
artistas (rostros estirados, pero se tienen que cubrir el cuello para tapar las
arrugas o esconder las manos)
·
El crecimiento vertiginoso
y comercial de más productos cosméticos rejuvenecedores, o que detienen el
envejecimiento.
·
Nuestras formas que tomamos
para a veces expresar los años Ej., en la hora de escoger nuestra ropa: usamos
frases como: te ves muy señor o te vistes como señora"
·
Hasta en las actividades en
la iglesia: semana de la juventud y ¿de la vejez? o ¿los campamentos de
ancianos?
·
En la forma de apreciar un
cumplido cuando alguien nos dice que nos vemos más joven. A nadie le gustaría
que le dijeran: ¡qué viejo ya te ves!
Lamentablemente
debemos decir y creo que atinadamente, que ante el envejecimiento, sólo tenemos
dos opciones: aceptarlo o morirnos jóvenes.
En
la carrera contra el tiempo y sus efectos en nuestro cuerpo todos somos
perdedores.
Ante
esta actitud negativa frente a la vejez, necesitamos mirar con atención lo que
dice la Palabra de Dios al respecto. ¿Qué dice la Biblia ante el
envejecimiento?
1-
Primero no debemos olvidar
que DIOS ES EL DADOR DE LA VIDA en todas sus edades.
·
1 Timoteo 6:13 “Te mando
delante de Dios, que da vida a todas las cosas...”
·
Salmo 104:29 “Escondes tu
rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan de ser, Y vuelven al polvo.”.
a)
La Biblia enseña claramente
que los años de la vida y por consecuencia, vivir una larga vida es un don de
Dios. Sólo él es quien nos asegura o retira el aliento de vida.
b)
Damos por sentado y así lo
declaramos y oficializamos, que tenemos derecho a la vida y nos olvidamos
fácilmente que es sólo por el amor y la gracia de Dios es que podemos disfrutar
de esta vida. Lamentaciones 3:22 nos recuerda que es por la misericordia de
Jehová que no hemos sido consumidos, ya que nunca decaen sus misericordias.
b)
c)
Esta honra que Dios hace a
nuestras etapas de la vida, tiene sus implicaciones. Por ejemplo, gran cantidad
de personas tiene un miedo escondido de llegar a viejo y todo porque sólo se
piensa en las dificultades que una persona anciana tiene que enfrentar, principalmente
la salud; sin embargo, como la vida es un regalo de Dios, llegar a la etapa de
la vejez debería ser vista como la buena, agradable y perfecta voluntad de Dios
para quien llega a ella. Hay un dicho popular muy sabio que dice: Es triste
llegar a viejo, pero es más triste no llegar.
d)
Debemos entender que si uno
llega a viejo, es porque Dios en su gracia misericordiosa y en su sabiduría te
ha conservado hasta este tiempo. Recordemos que nada de lo que Dios hace es sin
sentido, sin propósito y llegar a la vejez también está lleno de significado,
aun cuando haya circunstancias que lo hagan parecer complicada.
Luego
entonces, los que tenemos la gracia de poder llegar a viejo y los jóvenes que
lo pretendan, debemos acercarnos a la vejez con gratitud, no con temor; con
esperanza, no con desesperación, con confianza en el Señor, no en nuestra
capacidad económica o de nuestros hijos para mantenernos. Dios cuida, Dios
provee.
2.
Debemos aceptar, discernir
y entender, que envejecer y morir son resultado del juicio de Dios por causa
del pecado
·
Salmo 90:9 “Porque todos
nuestros días declinan a causa de tu ira; Acabamos nuestros años como un
pensamiento”
·
Génesis 3:19 “Con el sudor
de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella
fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás”
a)
Envejecer y morir nos
recuerdan el juicio de Dios por el pecado. Uno de los efectos del pecado es el
desgaste de nuestra salud y vida física. Las arrugas, el debilitamiento físico,
la enfermedad, el cansancio, nos debe hacer pensar en el juicio de Dios por la
desobediencia y el pecado.
b)
La vejez es un tiempo de
vulnerabilidad y debilidad física por ello Dios nos habla desde jóvenes para
que cuando ese momento llegue, lo enfrente con esfuerzo y valentía, leamos
nuevamente, pero ahora abramos nuestro entendimiento: Eclesiastés 12:3..
Acuérdate de tu creador... antes de que tiemblen los guardas de la casa, y se
encorvarán los hombres fuertes, (pies temblorosos) y cesarán las muelas porque
han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;(pérdida de la
vista) 4 y las puertas de afuera se cerrarán, (pérdida de la audición) por lo
bajo del ruido de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las
hijas del canto serán abatidas (pérdida o apagamiento de la voz); 5 cuando
también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá
el almendro, (cabello canoso) y la langosta será una carga, y se perderá el
apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor
por las calles; 6 antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco
de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el
pozo; (muerte) 7 y el polvo vuelva a la tierra, como era, (entierro) y el
espíritu vuelva a Dios que lo dio
Juan 21:18 “De cierto, de cierto te digo: Cuando
eras más mozo, te ceñías, é ibas donde querías; mas cuando ya fueres viejo,
extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará á donde no quieras”
3.
Una limitación de la vejez
es la dependencia de los demás. Y es aquí donde Dios nos llama a amarlos y
servirlos.
Nadie podrá amar a otro sino se ama a él mismo...
·
TU joven ámate a ti mismo
para que puedas llegar a viejo y amar a los viejos y...
·
TU viejo, deja de rezongar
y lloriquear ámate a ti mismo y goza de las bellezas de esta edad que solo tu
que has llegado a estos años las puede entender, ver y gozar.
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