viernes, 18 de marzo de 2022

Ama Al Viejo Por Saúl Guevara

 

En una sociedad altamente monetizada en la que se enfatiza la productividad y la eficiencia, es fácil contagiarse con la idea de valorar a las personas en función de lo que contribuyen o aportan financieramente a la sociedad.

 Es la carne la que nos tienta a que nos olvidemos de la realidad de nuestra naturaleza humana; que fuimos creados a la imagen y semejanza de Dios, que fuimos creados un poquito menor que Dios mismo (Salmos 8:5). Es la carne la que nos invita a que pensemos y nos concentremos solamente en nosotros.

 “Mas vosotros no vivís según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en vosotros” Romanos 8:9. Es por la presencia del Espíritu que podemos mirar más allá de nuestros deseos y conveniencias y honrar a nuestros ancianos y ancianas.

 Es por la presencia del Espíritu que podemos superar esa tendencia de juzgar a las personas por sus apariencias y edades.

 Juan, registra las palabras de Jesús diciendo “he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”, nos recuerda el plan de Dios al invitarnos a que no nos conformemos a los patrones regulares de la sociedad sino a que vivamos a la luz del reino de Dios. Juan nos desafía a que pensemos y actuemos distinto al patrón general que gobierna esta sociedad. “Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” 1 Juan 2:16…17.

 En el Sermón de la Montaña, Jesús deja claro uno de los principios de su reino al enseñar que Dios bendice y honra al ser humano no por lo que produce, atesore y tenga en este mundo, sino por el hecho de que es un ser humano creado a la imagen de Dios. “Por tanto os digo: No se desesperen pensando que habéis de comer o que habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, que habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?” Mateo 6:25…26.

 El valor y la dignidad humana, una vez más no dependen de la capacidad productiva de la persona, no dependen de la edad sino del hecho de que el ser humano es considerado la corona de su creación.

 La misma idea la encontramos en la respuesta que Jesús usó para responder a la pregunta, ¿Quién es el más importante?, respondiendo: “aquel que se vuelve como niño” Mateo 18:1…5.

 Los niños aun cuando no producen tienen un valor incalculable, ese valor no se deriva de sus capacidades productivas sino del hecho que son criaturas de Dios.

 El Nuevo Testamento se refiere a la vejez de una manera muy positiva.

 De seguro en el mundo hemos escuchado el refrán popular que dice, “loro viejo no aprende a hablar,” refiriéndose a que es imposible para las personas de edad experimentar cambios y transformación de sus caracteres. Pero esta deducción carece de fundamento bíblico y está bien alejada de la realidad.

 Revisemos la interacción de Jesús y Nicodemo. “Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos. Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él. Respondiendo Jesús le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ...” Juan 3:1…4.

 Las evidencias muestran que Nicodemo era una persona de edad. Pero Jesús no vio la edad de Nicodemo, sino, a un hombre que necesitaba vivir la paz, la salvación y la transformación que solo Dios puede dar. Jesús vio a un ser humano capaz de asimilar el poder transformador de la gracia divina. A un ser humano capaz de ser “nacido de lo alto”, capaz de nacer de nuevo.

 El poder de Dios que cambia y regenera, es para todos sin consideración de edad.

 Los estudios científicos de nuestros días, corroboran esta premisa bíblica que destaca el hecho de que cambios y transformaciones de índole psicológico, social y espiritual ocurren aun en estados avanzados de edad.

 El Dr. David Satcher, científico de los Estados Unidos, hablando acerca de la capacidad de cambio en las personas mayores dice, “estos cambios pueden ocurrir aun en casos de enfermedades mentales, adversidad, y problemas crónicos mentales. Las personas de edad muestran su flexibilidad en comportamiento, actitud y habilidad para crecer intelectual y emocionalmente”.

 Debemos tomar conciencia que Jesús no sólo valoró a las personas mayores, sino que también, invitó a sus discípulos a hacer lo mismo. En su resumen de los mandamientos dice, “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primero y mayor mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Estos dos mandamientos son la base de toda la ley y de las enseñanzas de los profetas” Mateo 22:37…40.

La manera por la cual los seguidores de Jesús serán reconocidos como tales, es por el hecho de que mostrarán amor al cuidar el uno del otro. “Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros” Juan 15:17; 17:1…26.

 Santiago de una manera clara nos recuerda la manera práctica en la cual podemos expresar nuestro amor. “Ustedes, hermanos míos, que creen en nuestro glorioso Señor Jesucristo, no deben hacer diferencia entre una persona y otra...Ustedes hacen bien si de veras cumplen la ley suprema, tal como dicen las Escrituras: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Pero si hacen diferencia entre una persona y otra, cometen pecado y son culpables ante la ley de Dios. Porque si una persona obedece toda la ley, pero falla en un solo mandato, resulta culpable frente a todos los mandatos de la ley” Santiago 2:1, 8…10.

 El mismo autor acerca de la verdadera religión dice, “la religión pura y sin mancha delante de Dios el Padre es ésta: Ayudar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y no mancharse con la maldad del mundo” Santiago 1:27.

 Este amor nos mueve al servicio, especialmente al servicio de aquellos que generalmente son olvidados por nuestra sociedad, es un amor que proviene de Dios.

 Es un amor que nos manda, obliga y demanda amar a nuestros mayores.

S.A.G. – 18 – MAR – 2022

 

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