Ser abuelo(a) es un honor que muchos
pueden disfrutar con el paso de los años.
La Biblia dice que "Corona de los viejos son los nietos,..."
(Proverbios 17:6). Tener un nieto es
como ser coronado de él y declarado rey, privilegio nunca antes experimentado
en la vida. El abuelo esta llamado a
usar su cariño y su experiencia, de una manera muy especial si es un abuelo
temeroso de Dios.
Sin embargo, existen hogares donde los padres de familia por motivos a veces
justificables y a veces no, rechazan el apoyo de los abuelos paternos y
maternos. Como también existen hogares en donde los padres oyen mejor y más los
consejos de los amigos-amigas, que la sabiduría de los abuelos.
A veces escuchamos palabras como estas:
"No te metas con mis hijos. Es
asunto mío. Yo sé lo que les debo decir
o enseñar". Una antigua revista
de 1890 comenta que: "Muchos hijos han sido completamente arruinados
debido a la interferencia de amigos en el gobierno de su hogar"
Es verdad que la educación de los hijos
siempre es un privilegio y deber de los padres y nunca se debe renunciar a ello
dejándolo ni siquiera en manos de una iglesia, ni de otras personas, incluyendo
a los abuelos. Pero las familias
cristianas y los abuelos cristianos, deben mutuamente estar de acuerdo que los
abuelos, no que interfieran en la autoridad educativa hacia sus nietos, sino
que permanentemente sean un apoyo espiritual para ellos, con la finalidad de
que guíen a sus nietos a procurar una relación salvadora con Dios por medio de
Jesucristo.
En fin lo que en este momento quiero
compartirles es que los abuelos cristianos deben transmitir la fe salvadora a
sus nietos por las siguientes razones:
- Porque Ha Tenido Experiencia En Enseñar Y Vivir La Fe.
Un caso muy particular en la Biblia es el
de la abuela Loida que como madre instruyó en la fe a su hija Eunice; y esta
Eunice no fue muy obediente a las enseñanzas de su madre pues terminó casándose
con un hombre griego sin interés en las cosas de Dios. Quizá por eso se hizo
aún más necesaria la intervención de apoyo espiritual de Loida para guiar hacia
la fe en Cristo a Timoteo, hijo de Eunice y nieto de Loida. La misma madre de
Timoteo necesitaba a alguien que la apoyara en la educación cristiana de su
hijo. Y quién mejor preparada para hacerlo sino una buena abuela cristiana. En
los años de juventud de Timoteo ya todo un hombre comprometido como pastor en
la obra misionera, el apóstol Pablo le escribe una carta diciéndole que se
acordaba de: "...la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en
tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también"
(2ª Timoteo 1:5 RV60). Y en palabras de
otra versión leemos: "Me acuerdo de tu fe sincera, pues tú tienes la misma
fe de la que primero estuvieron llenas tu abuela Loida y tu madre, Eunice, y sé
que esa fe sigue firme en ti" (NTV). La educación en la fe, puede
auxiliarse del apoyo de los abuelos cristianos.
Los abuelos si creyeron desde la época
cuando crecieron sus hijos, con más razón tuvieron experiencia en educar a los
hijos de sus hijos. Saben cómo actuar cuando los niños, adolescentes o jóvenes
no aceptan la fe. Por eso su apoyo es
muy valioso.
Si Usted es abuelo(a) aproveche esta
experiencia cuando la familia de sus hijos, yernos o nueras, no se lo
impidan. Aproveche su experiencia de fe
para orientar a sus nietos.
- Porque Es Un Mandato Dado Por Dios.
Al antiguo pueblo de Dios, Israel, Moisés
les dio este mandamiento: "Por tanto, guárdate, y guarda tu alma con
diligencia, para que no te olvides de las cosas que tus ojos han visto, ni se
aparten de tu corazón todos los días de tu vida; antes bien, las enseñarás a
tus hijos, y a los hijos de tus hijos" (Deuteronomio 4:9). Con estas palabras, observamos que hay una
clara instrucción acerca de la adecuada intervención de un abuelo para el bien
espiritual de un nieto, pues es hijo de su hijo. El nieto no es un extraño para
el abuelo. El abuelo no es un extraño para la familia. Dios todavía pone esa
responsabilidad en ellos. Si usted es un padre o madre de familia, no
menosprecie el esfuerzo que los abuelos hacen por sus nietos. Es una obediencia
que ellos hacen a Dios.
Aunque los abuelos por lo general son
apapachadores y no se miden en dar cariño y ofrecer regalos a sus nietos, eso
no es lo más importante que un abuelo cristiano puede y debe hacer; se requiere
además, una influencia espiritual positiva, un ejemplo de fe y virtud, que le
serán más útiles a los nietos. Un(a) bebé recién nacido(a) no es solo un bebé
más, un niño que está creciendo, un adolescente que tiene muchas inquietudes,
un joven que está definiendo los intereses de su vida, son almas por las cuales
Cristo murió, y necesitan ser guiado(a)s al conocimiento salvador, primeramente
como deber de los padres, luego por el miembro más cercano de la familia que
está en la fe, y allí pueden entrar en acción los abuelos. Luego pueden
intervenir los hermanos de la iglesia como evangelizadores, los maestros,
pastores, etc., pero no sin antes alguien de la familia como los abuelos mismos.
Los padres, deben dejar que los abuelos de
cristianos de sus hijos, los aconsejen. Los nietos deben buscar a sus abuelos
cristianos para pedirles consejos acerca de la voluntad de Dios.
- Porque Hacerlo Produce Satisfacción.
El Salmo 128 contiene una hermosa
descripción de la satisfacción que un padre de familia y que un abuelo debe
disfrutar por ver a sus nietos ser personas de bien y que por su obediencia a
Dios les va bien y son una bendición para el hogar mismo. Dice el Salmo
"Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, que anda en sus caminos.
Cuando comieres el trabajo de tus manos, bienaventurado serás, y te irá bien.
Tu mujer será como vid que lleva fruto a los lados de tu casa; tus hijos como
plantas de olivo alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el hombre
que teme a Jehová. Bendígate Jehová desde Sion, y veas el bien de Jerusalén
todos los días de tu vida, y veas a los hijos de tus hijos. Paz sea sobre
Israel" (Salmo 128). Eso de ver a los hijos de tus hijos es una dicha. Qué
hermoso es poder ver a los hijos así como a los nietos dedicarse al servicio a
Dios. Es una satisfacción saber que contribuimos en sus vidas para orientarlos
a hacerlos hombres y mujeres de bien por la fe en el evangelio de Jesucristo.
El apóstol Juan considerándose gente
adulta y madura, llamándose con toda propiedad como "anciano" (3 Juan
1:1), aunque no se refería a sus hijos de sangre, sino que con cariño a
aquellos que aconsejó en el camino de la fe les llama hijos, dice acerca de
ellos: "No tengo mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la
verdad" (3 Juan 1:4).
Usted como abuelo cristiano se sentirá
satisfecho en ver u oír que sus nietos a quienes ha aconsejado andan en el
camino del Señor, por eso no deje de hacerlo.
Quiera Dios que si usted es padre o madre,
le permita esta gracia a los abuelos de sus hijos que compartan con ellos la fe
en Jesucristo.
Quiera Dios que si usted es abuelo o
abuela, no solamente los apapache, sino que los apoye con su ejemplo y palabras
a que consagren sus vidas al servicio de Dios. Y desde luego, háganlo con todo
respeto.
Nunca pongan a los nietos en contra de sus
padres y a favor de ustedes como abuelos, pues su deber no es hacer eso sino
solamente guiar a sus nietos a Cristo.
Para concluir:
Los abuelos debemos instruir a nuestros
nietos en la Palabra del Señor, compartiendo la fe que Dios nos ha dado en
nuestros corazones. Podemos enseñarles textos bíblicos, cantos cristianos y
narraciones de la Biblia.
·
Los abuelos pueden sembrar semillas de fe en los corazones de sus
nietos, semillas que fructificarán en actos de amor a Dios, a sus padres y a
todas las personas que los conozcan; frutos de cariño, respeto y amor.
·
La enseñanza de la fe por los abuelos puede ser apoyada en
oraciones constantes por sus nietos, porque Dios cumpla el proyecto de vida
para cada uno de ellos, como Pablo oraba por su discípulo Timoteo.
·
Los abuelos tendrán la oportunidad de ver a sus nietos compartir
la Palabra de Dios si les dieron fundamentos para una fe real y profunda hacia
Dios y su Palabra.
"Instruye
al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él"
(Proverbios 22:6)
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