Ellos llevan los golpes, moretones y cicatrices de la
vida. Recordatorios diarios tales como arrugas, el pelo blanco o gris y manchas
de la edad aparecen en sus espejos. Ellos son los signos reveladores de que la
edad está alcanzando rápidamente a los organismos que una vez fueron robustos y
juveniles. Las arrugas son un recordatorio de aquellos tiempos difíciles del
trabajo duro y rudo para llevar los alimentos a la casa y el pelo canoso es un
símbolo de la sabiduría obtenida a lo largo de los años. Ellos son merecedores
de una medalla de vida de Valor.
Afortunadamente, para la mayoría, se
necesita un tiempo para que el proceso de envejecimiento alcance su plenitud
recordatoria, con el pensamiento en el que habitan recuerdos preciosos y
sabiduría que se debe compartir con las generaciones por venir.
"Los niños son nuestro recurso más
importante. Nuestro futuro" Aunque esta verdad, se ha convertido en algo
así como un cliché cacareado, Cabe preguntarse: ¿No son nuestros ancianos
también un recurso importante para este país?
Si nuestros niños son nuestro futuro,
entonces, ciertamente, nuestros ancianos son nuestro pasado atesorado.
Con frecuencia rendimos tributo a nuestros
grandes hombre que dieron gloria a nuestras patrias, que pagaron grandes
sacrificios y lucharon en las batallas terribles para que usted y yo podamos
experimentar esta cosa que llamamos libertad. Y debemos rendir homenaje a estos
grandes, personas altruistas.
Sin embargo, hay batallas que se libran en
la vida cotidiana. Las madres luchan contra grandes probabilidades de criar a
sus hijos. Padres pasan la mayor parte de sus vidas trabajando para mantener a
sus familias. ¿No deberían las personas que han resistido las tempestades de la
vida ser honrados por sus esfuerzos?
Una nueva generación ha tomado el control
de nuestra gran nación. Vienen con varios sellos "nueva oleros"
"pandilleros" y "revolucionarios". Pero, básicamente, están
cortados por el mismo molde, "Tienen derechos, pero simplemente no lo
saben y por ello se manifiestan en una rebeldía violenta, masacradora."
Por supuesto, la pobreza sigue siendo uno de sus pretextos.
En términos generales, los jóvenes de hoy
no saben realmente lo que es vivir sin lo que quieren y yo no estoy hablando
sólo de lo esencial, la comida, ropa y refugio.
Hubo momentos en que los jóvenes
aprovecharon y aprendieron de la sabiduría de sus padres y abuelos, pero rara
vez es que el caso hoy en día. Hoy las opiniones de personas mayores se consideran
anticuados o inútiles.
Los jóvenes no se dan cuenta de que los
éxitos de los grandes hombres y mujeres de hoy, que impactan su generación se
mantuvieron firmes en las espaldas de los éxitos de las generaciones
anteriores. Si a Thomas Edison no se le hubiese ocurrido la idea del fonógrafo
no habría reproductores de MP3. Y así la lista puede hacerse muy, pero muy,
extensa.
Recuerdo que a medida que los años
comenzaron a arrastrarse para arriba en mí, me encontraba a mí mismo varias
veces tratando de aprovechar la sabiduría de mamá y papá.
Cuando se trata de ayudar a mis propias
hijas, a menudo me pregunto: "¿Y ahora qué harían mamá o papá en esta
situación?" Con los años he orado por sabiduría y estoy seguro de que Dios
me la concedió.
Me gustaría transmitir a la generación
actual, que a menos que alguna terrible tragedia se cierna en la vida, usted
tarde o temprano y por lo general mas temprano que tarde, se encontrará en la
posición de una persona mayor. A medida que pasan los años, las páginas del
calendario se van volando más y más rápidas de lo que parece.
Aprovechemos el dar flores y honores a la
vida mientras se puede disfrutar del regalo.
Procuremos y esforcémonos porque nunca
perdamos el respeto por los que lucharon batallas difíciles de la vida mucho
antes de que llegaras a este mundo. No olvide que cuando usted pierde el
respeto, usted pierde su perspectiva.
Nunca es tarde para hacer lo que no hemos
podido hacer, siempre el tiempo es bueno para hacerlo, por ello hoy al inicio
del 2014, quiero decirle a mi padre y madre:
Gracias viejos. No puedo estar más que
agradecido por todo lo que de ustedes aprendí.
Tal vez nunca se lo propusieron, pero sus
actos me sirvieron como ejemplo para tratar de ser una buena persona en la
vida.
Recuerdo cuando me lavaban la cara. Esa
mano grande, media rústica, pero protectora.
Recuerdo padre, una vez que me pegaste con
el cincho y por orgullo te contesté que lo hicieras de nuevo porque no me
dolía. Sí que me dolió, pero justamente fue en el orgullo.
Recuerdo cuando me compraron la pelota de
fútbol y yo me sentía el dueño del equipo. Era malo jugando, pero era el dueño
de la pelota.
Recuerdo cuando llegabas después de haber
trabajado y traías en tu equipaje manjares como aquellos jocotes de corona.
Recuerdo madre verte trabajando con tus
anteojos armando toallas allí por el 60. Y la alegría cuando armaste una para
nosotros. Teníamos mi hermano Salvador y yo, un poncho, nos sentíamos
importantes.
Recuerdo que cuando tenía 14 años, me
encontraste jugando naipe y toda la subsiguiente corrección dolorosa, pero que
ahora entiendo que fue necesaria, ahora que veo cuantas familias son infelices
a causa del vicio de los juegos de azar.
Recuerdo... Recuerdo... Recuerdo.
Les perdí hace años, en este 2014 serian 28 años que te perdí padre y para ti madre 15 años, para ser exactos,
pero lo que más me llama la atención es que aun sueño con ustedes y cuando así
sucede, me siento más lleno de vida que cuando se fueron.
Y a veces me parece que están en mi entorno.
Es como tenerlos cerca de mí.
Gracias, Pepe, gracias María, tengan la
seguridad de que si nos vieran hoy, se sentirían orgulloso por los dos hijos
que engendraron.
Gracias Padre Divino, porque te plació que
fuéramos de esta generación de oro.
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